Acusada

Acusada

Los medios y su justicia inmediata, a la mano. Un caso que nos suena, porque se parece a tantos que vemos todos los días en directo.


5 Butacas




Incluso hay uno en particular, el famoso caso de Lucila Frend, la única acusada por el crímen de su amiga del alma, caso real que vivimos casi en directo y sin respiro hace unos años atrás.

Quizá timando este como inspiración, o cualquiera en realidad, el director Gonzalo Tobal (que también es responsable del guión) arma una trama simple pero bien llevada desde lo narrativo, con las dosis justas de suspenso, de tensión dramática y de fluidez, como para dejarnos una historia que por lo cotidiana, parece cercana.

Lali Espósito es Dolores, una joven de 21 años que es la única sospechosa y acusada del asesinato de su amiga del alma, que se produjo después de una fiesta en el departamento de esta.

A partir de esa fiesta, y esa acusación, hasta que llega el momento del juicio oral, la vida de Dolores será un paréntesis largo.

Todo se alterará, y quizá sea lo mejor que tiene la película, ese limbo en el que entra la familia y que altera todas las costumbres y los planes.

Una familia de clase media alta que tiene que hipotecar todo el futuro para que su la mayor de las hijas no vaya presa por no menos de 25 años.

Ese desgaste, de sueños, de amigos, de esperanzas, es lo más logrado. Y ahí también hay una buena mano para la elección del elenco, ya que ambos padres, Leonardo Sbaraglia e Inés Etévez, están a la altura de ese deterioro.

La duda sobre si es o no culpable estará presente toda la película, con buenas dosis de suspenso y de falsa revelación.

Está bien resuelta en lineas generales, sin trucos innecesarios y con buenos recursos a la hora de contar. Se nota la producción, en la calidad habitual de los productos de la cantera de K&S films, y la mano y pretendida distribución internacional, en algunos guiños propios del lenguaje cinematográfico internacional, como el buen uso de una banda de sonido y música incidental de buena factura.

Quizá el peso dramático de la protagonista está un poco por encima de la capacidad de Espósito, que sortea bien los momentos de ironía, pero que no logra los matices que requiere la situación del personajes en los momentos de mayor presión. Sencillamente, apela a la nada gestual y eso no alcanza.

La clave de la película es la presencia de los medios, las redes sociales, en los procesos judiciales, en el veredicto de la opinión pública, y en la influencia que estos ejercen sobre jueces y el sistema en general.

Hay mucha presencia de ese factor, y está bien resuelta, tanto que la protagonista debe recurrir a una profesional de la imagen para prepararse para cada salida pública

En definitiva, es un caso bien contado, nada del otro mundo pero bien contado, que no ofrece sorpresas ni giros inesperados, que se parece mucho a un caso reciente y resuelto de la misma manera, y con el aditamento de la presencia fuerte de los medios en el desarrollo de la trama.

En este punto, es más educativa que cinematográficamente realzable.

De todas maneras hay buena producción y hay buena dirección, y la elección del elenco secundario es muy buena (sobre todo el abogado penalista que compone Fanego, que siempre está bien).


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