Bebé reno
No deberíamos saber tantas cosas acerca de los contenidos que vemos, deberíamos solo disfrutar las ficciones, las historias, los planos, los guiones.
6 Butacas
Pero parece casi imposible en estos tiempos de storytelling, de historias con marco, con desarrollo fuera de la pantalla y redes sociales.
Bebé reno es una serie perturbadora, de esas que nos cuesta clasificar, que te deja pegado a la silla o te eyecta en el primer capítulo.
Y viene precedida de debate, de otras historias que alimentan las redes sociales de manera transversal y de alguna manera anabólica.
Quiero decir que quizá, si no fuese por todo eso extra que alimenta la necesidad de verla, no sería seguro el suceso que es, ya que la historia es atractiva pero a la vez tiene algo que te expulsa.
Un comediante amateur, con muchas ganas de ganarse la vida de eso, viene de su pueblo escocés a la ciudad para intentar abrirse paso en los escenarios.
Hace un número algo bizarro, le va a veces bien a veces mal, pero se las va rebuscando en un mundo de oportunidades.
Trabaja en un bar para compensar las temporadas sin shows, y un mediodía llega alguien a la barra, una mujer, que de alguna manera lo conmueve, y a partir de ese día, de ese té que le invita, su vida se transformará en un infierno.
Esa mujer, extraña, extrovertida, mentirosa, que oculta un pasado bien turbio como acosadora, será un problema de muy difícil resolución para su vida.
Será más vulnerable que nunca, más débil que nunca, pondrá en juego todo lo que tiene para librarse de esa locura, pero a la vez, en el proceso, se perderá en caminos muy complejos, con relaciones cada vez más difíciles, poniendo a prueba todo, sus relaciones verdaderas, su sexualidad, su intimidad y su equilibrio.
Es una serie muy adulta, compleja desde la estructura, tiene que recurrir al narrador en off (el protagonista) para que podamos comprender sus procesos internos y lo que está pasando por su cabeza en cada momento y cómo va resolviendo, yendo y viniendo con el problema, que de un momento para el otro se pone más complejo, más desesperante.
Hay puntos de vista muy difíciles de abordar, sobre todo los relacionados con un proceso muy horrible que vive el protagonista, derivado de la relación con un hombre poderoso de la industria del entretenimiento.
Todo lo que rodea a la serie le aporta sentido, que repito que deberíamos encontrarlo en el desarrollo de la serie en sí mismo, sin necesidad de recurrir a esas estrategias, pero de alguna manera motivan a verla.
El protagonista de la serie es el protagonista real de la historia, esas cosas que cuenta, y que de alguna manera resignifica en un desgarrador monólogo del anteúltimo capítulo, le pasaron de verdad y esta ficción es la manera de sanarlas (al menos eso parecería). También la aparición de la supuesta contraparte malévola, la mujer de la pesadilla, que apareción en la TV inglesa contando su parte de la historia y desenmascarando lo que la historia ficcionada dice sobre ella, todas mentiras según su relato.
Actual, con mucho truco extra relato y temas de actualidad bien complicados, esta ficción no pasa desapercibida.
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