Puan

Seguro muy saboreada y mucho más simbólica para aquellos que transitaron por esas aulas de la Universidad de Buenos Aires, pero con algunos guiños más generales, esta comedia tiene en Marcelo Subiotto un protagonista cercano, entrañable y extraordinario.


5 Butacas




Y también hay un esfuerzo porque el relato no sea tan localista o exclusivo como se plantea desde el título. La trama es sencilla, un afamado y por muchos años decano de la facultad de filosofía y letras de la UBA muere de un ataque cardíaco mientras hacía ejercicios.

Toda esa comunidad se conduele y reúne para despedirlo y celebrarlo a su manera.

Esos primeros planos de la película ya nos sitúan en el clima y los personajes que vamos a ver desarrollándose en lo que viene, profesores de manual, mal pagos, con muchos trabajos, sahumerios y muchas bibliotecas y lucha social y crítica.

Pero Marcelo, el personaje de Subiotto, es algo distinto, es un discípulo cercano del jefe muerto, y es una máquina de trabajar, lleva la filosofía adónde le propongan (y le paguen) muchas veces corriendo contrareloj y dejando de lado la familia.

Todos están convencidos que es el sucesor, pero de la nada, aparece un personaje diametralmente opuesto a todos, un profesor que vive en Alemania, que viste bien, que es joven, seductor, pícaro, que sabe darle a su voz las inflexiones necesarias para seducir a cualquiera y que está dispuesto a pagar las empanadas cuando todos juntas las monedas.

Ese personaje, que compone con soltura Leonardo Sbaraglia, viene a poner a todos en guardia, a encandilar con su romance con una actriz famosa y a dejarlos sin palabras cuando lo escuchan hablar por teléfono en alemán por los pasillos de la universidad.

De pronto el camino no solo no estará despejado para Marcelo, sino que se pondrá muy cuesta arriba.

A partir de ahí vamos a ver los intentos y las fatigas de Marcelo para pelear por el lugar, la viveza del personaje de Sbaraglia y los alineamientos de todos, mientras transcurre la vida de los personajes entre clases en barrios marginales y privadas para una señor de 85 que tiene mucho dinero.

Marcelo es entrañable, un sobreviviente de otra época, un trabajador incansable y un enamorado de la filosofía, que vive y respira en todo lo que hace.

Pero esto alcanza para ser titular en Puan? No.

Y de hecho, se llevará un par de sorpresas en el camino.

Hay una historia que es bien de nicho pero que podemos apreciar sin conocer esos detalles muy de los que lo vivieron, hay buenos personajes, hay situaciones absurdas, hilarantes, con un guión muy inteligente para aprovechar esas situaciones y hay un buen trabajo, muy bueno, del protagonista, al que queremos abrazar todo el tiempo.

No pasa mucho más, y hay escenas largas de clases en las que los directores quisieron desarrollar algunos temas que le den sentido a la historia, y quizá son poco visuales.

También, a pesar de tener ya unos meses desde su estreno y recorrido por festivales, tiene mucha carga política de actualidad, en especial, con relación a los temas de financiamiento de la universidad pública.

Tierna, entretenida, no para todo público.

 

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