El caso Asunta

Con un aire a la buena miniserie argentina, "El crimen del country" sobre el caso María Marta García Belsunce, esta producción española de 6 episodios se atalona sobre los cánones seguros del género, un elenco sólido y lo más parecido físicamente a los protagonistas de verdad de la historia, y un cruce de enfoques.


5 Butacas



En septiembre de 2013 un matrimonio acude a la estación de policía, en Galicia, para denunciar que su hija adolescente ha desaparecido de su casa.

Ellos son Rosario Porto y Alfonso Basterra (interpretados por la muy buena Candela Peña y por el otrora joven prometedor Tristán Ulloa, que ha envejecido muy bien), ella una abogada hija de una familia tradicional de la zona y él un periodista freelance, medio vago y siempre seco.

Unos años atrás fueron noticia porque adoptaron a la primera niña china en su ciudad, y ahora lo serán por el trágico final de esa niña.

La historia nos presenta los hechos, nos presenta al juez de instrucción y a los policías que investigan esa etapa, y de alguna manera cómo, a partir de filtraciones a los medios del mismo juez que está convencido de la culpabilidad de los padres en el hecho, la opinión pública toma partido en el caso.

Bien mantenida la tensión en el relato, es brutal (esto es, nada sutil) en mostrarnos qué es lo que cree cada uno de los que están investigando, que ha pasado con esa niña.

Indicios, pequeñas pistas, detalles, que van configurando a una pareja de padres horribles, que llegaban al extremo de dormir a su hija (que por otra parte era brillante) con pastillas para poder seguir con las rutinas de sus vidas.

Todo se va planteando siguiendo un curso de acontecimientos muy bien detallados, acontecimientos que la opinión pública española siguió paso a paso, hasta movilizándose en las calles, para que de una vez se realice el juicio y se condene a esos padres.

Terminará sucediendo, aunque con dos teorías igual de macabras. La serie no toma partido por ninguna en particular, se limita a ofrecernos los dos puntos de vista, las dos alternativas de lo que pudo haber sucedido sin definirse.

¿La mató su madre sin la intervención del padre? Se la presenta como bastante débil de salud y frágil de carácter y medicada, ¿o también ayudó el padre a perpetrar el asesinato?

Ambas estrategias de los abogados, de la fiscalía, del juez de instrucción quedan expuestas en las escenas del juicio que terminó por condenarlos a ambos.

A una buena parte de la audiencia estos finales les gustan, pero a otra parte también numerosa, no les gusta nada, quieren que la ficción les de las certezas que no puede darles la justicia.

En todo caso, es una buena y fiel recreación de esos trámites judiciales, con unas actuaciones sólidas y sobre todo, un trabajo de casting estupendo.

Conmueve y entretiene

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