Protection

Drama con trama policial de la cadena Britbox, que produce estas miniseries (6 capítulos de buena duración) como para que entendamos que alrededor de un caso de esos que nos atrapan hay vidas, hay historias que se modifican con esas tramas a veces complejas y que eso también hay que contarlo.


7 Butacas



La protagonista absoluta de esta serie es Siobhan Finneran, a quien vemos cada vez más seguido en pantalla y eso es una suerte. Actriz capaz de componer personajes que sufren, que pelean, que ya no creen en nada, pero que se aferran a algunas pocas cosas que están bien en sus vidas para seguir adelante.

Todos hablamos de la protagonista de Happy Valley, una extraordinaria serie de hace unos años a la que la pandemia partió al medio, pero Siobhan compuso allí a la hermana rota y en recuperación de adicciones de la protagonista, y lo hizo con una delicadeza inolvidable.

Aquí es una destacada miembro de un escuadrón especial de la policía, que se dedica a cubrir y cuidar a las familias de los que hacen acuerdos con la justicia para ser testigos de algún juicio contra un pez gordo. Esas relocaciones son traumáticas, ya que implican que toda las familia se tenga que mudar a una casa segura y deba dejar de lado todo lo que los rodea.

Con protocolos muy estrictos, ni siquiera comparten datos entre los miembros de la misma unidad, para que las locaciones seguras adonde llevan a sus protegidos sean de verdad secretas.

Pero algo sale mal en un caso que ella lleva, hay un agente compañero que aparece en esa casa cuando no debía saber ni donde era, ese agente tenía una relación sentimental con ella y todo se complica cuando entran otros y acribillan a todos de manera salvaje.

Todos los cañones apuntan con razón al entorno de un peligroso traficante que estaba por ser acusado por el contador que se protegía, pero pronto en el desarrollo de la historia vemos que no todo es lo que parece y que las cosas se van a complicar con otros actores, quizá más arriba de los que estamos viendo en los primeros capítulos, y todo se va a poner más complejo.

Gran pulso narrativo para irnos metiendo en esa desesperación, porque también ella queda en medio de las sospechas y los malos entendidos.

Mientras esta historia se desarrolla, está en paralelo la historia de una nena de 12 años que es la hija del matrimonio que asesinaron y que sobrevivió econdiéndose en un canasto de ropa sucia y a la que tiene que seguir cuidando casi como algo personal, pero también está su padre, al que cuida, con un diagnóstico de demencia, su ex esposo, su hija adolescente que le reclama tiempo, y todo lo que se imaginen como para que, ponernos por un rato en sus zapatos sea insoportable y agotador.

Todo se irá despejando, aunque queda un sabor muy amargo en la manera que se resuelve, otro buen dato, no hay final feliz, las cosas se arreglarán y aclararán pero a medias, porque hay otros intereses en juego.

En definitiva, un género que los británicos conocen muy bien y saben contar como nadie.

Angustia, pero entretiene, y tiene pocos meses de estrenada.

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