Envidiosa
Tres conceptos para empezar esta mirada sobre Envidiosa, el primero es que se hace sobre la huella de lo que podemos llamar la nueva comedia argentina, ya vuelvo sobre eso, pero creo que hay algo que se inauguró hace no más de un par de años y creo que funciona muy bien.
Los otros dos datos para tener en cuenta al ver Envidiosa son el elenco y el guión.
Desde Porno y Helado, pasando por División Palermo y quizá Felices los 6 vemos este modelo, buenos guiones (muy buenos a veces) y un elenco que mezcla interpretes tradicionales y nuevos valores que vienen de ser exitosos en otros formatos, como el streaming y las redes sociales.
Envidiosa es un buen producto, muy cuidado desde la producción y muy preciso en la dirección, porque es una comedia pero no es una comedia ni de enredos ni de situaciones ridículas (aunque hay alguno momentos muy buenos en ese terreno) es una comedia que necesita mucho cuidado narrativo porque es de emociones, muy de relaciones y vínculos, con rasgos exagerados pero con los que es muy fácil identificarse para quedarse a verla.
Por eso necesita más capítulos que las primas que nombramos más arriba, porque hay que ir tejiendo esas relaciones de manera completa para que podamos disfrutar de la historia que cuentan.
Envidiosa es la historia de Vicky, una chica que acaba de cumplir 40 años, que tiene un grupo de amigas de fierro de toda la vida, una madre y una hermana, un buen trabajo como decoradora en una constructora que vende muchos departamentos y un novio abogado.
Está todo bien en esa vida hasta que viene la ruptura con el novio, hace 10 años que están en pareja pero no se casan, y Vicky tiene una especie de obsesión con el modelo de familia perfecta, la del cartón de cereales.
Esa frustración es clave en la historia, que se irá desarrollando en clave de comedia dramática y nos irá llevando y trayendo en ese camino todo el tiempo.
Dijimos guión (excelente, picante, lleno de situaciones divertidas, reflexivas, comedia pura) y elenco, como claves.
Todo el peso de esta historia está sobre los hombros de Griselda Siciliani, pero esto no es una frase a la pasada, es muy literal, el tono de lo que estamos viendo, las sensaciones, los estados de ánimo a los que nos predispone la historia, tienen que ver con lo que le pasa a Vicky, su personajes, cuando se angustia, cuando se pone feliz, cuando reflexiona, cuando llora, cuando dice cosas inconvenientes que hieren a otros u ocasionan enredos, o cuando la vemos dudar porque no sabe que hacer.
Es un enorme trabajo de interpretación el que entrega, es buena para la comedia, incluso para la comedia física, no le tiene miedo a la torpeza y le pone el cuerpo a todas las situaciones. Pero también es capaz de lograr climas, momentos de risa espontánea y situaciones de máxima empatía.
Llena muy bien la pantalla con un carisma enorme y eso para la serie es muy clave.
Pero la secundan como las amigas, Violeta Urtizberea, Bárbara Lombardo, María Bellati y una hermana y una madre (que serán su círculo íntimo) muy talentosas, Susana Pampín como la madre y la talentosísima Pilar Gamboa como Carolina, la hermana que, como corresponde, no tienen nada que ver con la vida que elige Vicky.
Hay un clásico que se va dando y hace que la serie tenga un enorme despegue, que es que mientras Vicky se separa, se psicoanaliza, va a los casamientos de sus amigas, se enamora de su jefe (Benjamín Vicuña) un personaje simple, bueno, su vecino (que no encaja en ninguno de sus sueños) se irá aproximando tanto a ella que es el recurso que nos falta para completar un relato clásico a la manera de hoy, ese amor irá creciendo sin que ella se de cuenta, y todos los que lo estamos viendo estamos esperando que suceda.
Bien hecha, muy bien actuada, una sorpresa muy grata en el streaming nacional, con una actriz a la altura del desafío y un elenco y guiones excepcionales.
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