Porno y helado (Temporada 2)

Ya sin la sorpresa de la primera temporada pero con el tiempo suficiente entre ambas para tener ganas de ver cómo sigue la banda que nació por necesidad y ahora es un pequeño éxito en la escena de Buenos Aires.


7 Butacas



Esta segunda temporada es la de la consolidación de esa banda y está cruzada por todo lo que le puede pasar a una banda de rock, el exceso de ego del cantante, un infiltrado que no vieron venir, uno que los estafa, en cada capítulo de los 6 que tiene (cortos, formato perfecto) la temporada, se van a cruzar con una amenaza a la continuidad del proyecto, y a su amistad.

Otra vez son Pablo, Ramón y Cecilia (Martín Piroyanski creador, guionista y director, y dos buenos intérpretes del under, de las redes sociales, Nachito Saralegui y Sofía Morandi) los que van a cargar con el peso de liderar cada una de las historias, cediendo protagonismo a los externos que llegan a ellos para empiojarles la vida.

Con Porno y helado se abrió un interesante capítulo de algo que podríamos llamar la nueva comedia argentina, escrita y pensada por jóvenes, muy influida por el mundo de los comediantes de stand up de nuestra escena, que tienen un gran espacio en redes sociales y en esos territorios del streaming y por sobre todas las cosas con guiones muy inteligentes y situaciones bizarras.

No le tienen miedo al ridículo, es más, lo buscan en algunos golpes de efecto, para lograr una empatía única y muy personal con el relato.

El desafío es ir más allá del público que ya los sigue y los elige, son nombres en general nuevos para las pantallas tradicionales (si algo tienen de tradicional las plataformas, en este caso es Amazon nada menos que con la producción de MGM) pero que no solo se adaptan sino que le ponen una impronta tan poderosa que parece que siempre estuvieron ahí, pero haciendo lo suyo, no copiando a nadie.

Se toman el pelo, exageran lo políticamente correcto, no le temen ni al silencio ni a las situaciones grotescas pero por sobre todo, en este caso más que en las que vinieron a partir de su estreno, apelando a situaciones ridículas sin miedo.

Usa muy bien el recurso de la música incidental, para remarcar situaciones y climas, y todos los recursos de dirección a mano, close ups vertiginosos, tomas no tradicionales, hasta momentos musicales que no hacen ningún esfuerzo porque se noten naturales (quiero decir, cambia el sonido, es todo demasiado forzado, pero está muy bien como recurso).

Supera muy bien el desafío de la segunda entrega, no solo porque no elige el desarrollo de los personajes sino que elige el desarrollo de la banda que formaron, sometida a distintos estímulos externos (esos estímulos tienen además la ventaja que pueden recurrir a actores invitados como recurso muy atractivo, fue Susana Giménez en la primera temporada, en esta son Gimena Accardi, Matías Meyer, Angela Torres) lo que oxigena el elenco con participaciones inesperadas.

Esta serie tiene un formato que puede seguir y seguir, porque encontraron la fórmula para contarnos historias a partir de una trama simple y bien sólida. Podemos esperar temporadas con otro tipo de desafíos para la banda, el éxito, el fracaso, los discos, las giras, y todo será motivo de humor, algo psicológico, algo bizarro, algo inocente pero siempre inteligente.


Comentarios

Entradas populares