42 días en la oscuridad
Primera producción de Netflix en Chile, mucho para recorrer para lograr un producto internacional.
4 Butacas
Un caso real, con nombres y geografía cambiados, el de una mujer de clase acomodada, madre amorosa de dos hijas y buena esposa, que desaparece 42 días sin dejar rastros alborotándolo todo.
La historia está contada demasiado parsimoniosamente, quizá sea un rasgo de esa cultura, y no es que le pidamos que acelere, si en definitiva va a llegar al mismo lugar, pero si que produzca algo de ritmo narrativo.
Un día desapacible en la Patagonia chilena un señor va a la policía para decir que su mujer desapareció de repente, que no sabe adónde puede estar y dejó su teléfono en la casa.
La reacción de la policía local es desesperante, nunca tuvieron un caso de secuestro y, acostumbrados a temas menores, no tienen idea de cómo encarar el proceso.
Aparecen algunos personajes típicos, un comisario indolente y cansino, una policía más activa y frustrada, y el que será protagonista de la historia, un abogado con mucha historia de detectives encima, que quiere justicia a toda costa y que, con una amiga y un amigo, juegan a los detectives privados.
Lo que parece y se presenta como un caso interesante para seguir, de alguna manera cambia el registro con estos marginales que juegan a los detectives.
El recurso de empezar la historia con unas escenas que corresponden a la resolución del caso, tampoco nos ayudan mucho, porque son muy evidentes y nos van a dejar todo el tiempo con la sensación que la serie tiene que darnos algo que nos confunda, lo cual no sucede nunca, vamos a recorrer el camino que nos lleve de vuelta a esas escenas sabiendo lo que nos vamos a encontrar.
Entre los interpretes está Aline Kuppenheim como la esposa que desaparece, a quién tenemos vista y bastante y es una muy buena actriz, y los protagonistas que son el abogado (Pablo Macaya) que se obsesiona con el suceso y la hermana de la víctima (Claudia DiGirolamo), quien sufre su ausencia.
Son 6 capítulos que se ven rápido porque no hay demasiado para ver, de los cuales los primeros son destinados a la búsqueda de la mujer y los últimos dos a lo que pasa con el caso los años posteriores.
En el medio, el caso que no avanza, el hostigamiento de la prensa y la parsimonia y la ineptitud de la policía, nada nuevo.
La serie nunca oculta creer que el responsable del crimen es el esposo de la víctima, pero se enfoca en lo difícil de probarlo y hacer justicia en un sistema que no funciona del todo bien.
Contaron una historia creería, sin tener en cuenta la sorpresa, la tensión, los giros, aunque sean forzados, como para que tengamos el impulso de seguir y seguir sin parar.
Comentarios
Publicar un comentario