Edén

Edén es una película de Ron Howard. Eso ya nos dice mucho, pero a diferencia de otras películas de este director, hay algo en esta que no termina de engancharnos, es un thriller, está basado en una historia real, pero está contado de una manera rara.


5 Butacas



Estamos en los primeros años 30, después de la gran depresión y antes de la barbarie nazi, un escritor, médico, filósofo y su esposa soporte y principal motivación, interpretados por Jude Law y Vanessa Kirby (muy solicitada en estos tiempos y muy bien) emigran solos, como salvajes, a escribir ese libro que salvará ala humanidad, y para eso elijen la solidad absoluta de una isla de las Galápagos, en medio de la nada.

Construirán allí una vida absolutamente alejada de todo y de todos, con la sola conexión de un poste con correspondencia de ida y vuelta que los barcos que andan por la zona alimentan con cartas de la civilización, y llevando notas del escritor para distintos periódicos europeos.

Un día, atraídos por esas notas, llegará una familia nueva, el matrimonio conformado por Daniel Brühl y Sydney Sweeney (también trabajando mucho) alemanes ellos y buscando cura para la tuberculosis del hijo adolescente. La Kirby también tiene una dolencia física que curar.

El recelo con el que miran a los recién llegados, a pesar de tener tanto espacio disponible, nos adelante por dónde va a ir el conflicto. 

Pero los alemanes resultan ser los vecinos perfectos, en poco tiempo y producto de su laboriosidad, arman su casa, se las ingenian para conseguir agua y cultivar y criar animales, con lo que son mucho más eficientes que los primitivos habitantes, que están más enfocados en las ideas que en el mundo material.

La situación se complica aún más cuando se les une otro grupo, encabezado por la vivaz y teatral baronesa Eloise (Ana de Armas), con sus tres sirvientes y con la mira puesta en construir un lujoso hotel en la isla.

Es un conjunto de personajes insólitos, al estilo de Agatha Christie, con una tensión al límite mientras intentan encontrar la manera de vivir sus visiones opuestas de lo que debería ser la vida allí.

Todo se empieza a complicar cuando afloran las necesidades y sale lo pero de cada uno.

De Armas, que no está a la altura del desafío de un personaje tan complejo, es la verdadera maldad encarnada y todo lo que toca se destruye y corrompe.

Es definitivamente una excursión de este director al lado oscuro, a lo escatológico y lo violento, profundidades del mal, y no es un director acostumbrado a esos suspensos y esos golpes de efecto, lo que se nota en la textura general de la película.

Todo se irá complicando en la trama, todo se irá corrompiendo, y ese puñado de almas en ese lugar alejado de todo, un paraíso y a la vez un infierno, no podrán con sus miserias y sus historias.

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