Los sin nombre
Primero te llama la atención verlo a Rodrigo de la Serna ahí entreverado en las imágenes promocionales de esta serie española de ciencia ficción sobrenatural, porque no es tan habitual como ver a otros actores argentinos interpretando personajes allí, y a poco que nos acostumbramos a su acento forzado y descubrimos por qué está bien que haya un argentino en esa trama, nos quedamos más relajados para disfrutar de esta historia.
6 Butacas
Es medio un eufemismo eso de disfrutar, porque no es una historia que se disfrute, quiero decir, arranca ominosa y no para hasta el final, es más, se complica.
Pau Freixas es el creador, que ya nos había gustado en Todos mienten, y se basa en una novela con éxito que también tiene una versión en película.
Hay una madre, una médica, que es protagonista involuntaria de un evento muy extraño, una mañana de tormenta, mientras lleva a su hija de 7 años al colegio, para en la ruta bajo la lluvia porque un accidente frena el tráfico, médica al fin, baja del auto para auxiliar a una mujer joven, atropellada en medio del camino y muy malherida. Está muerta, no puede hacer nada para reanimarla.
Su hija, que desobedeció y bajó también del auto, se arrodilló junto a la herida y al tomar sus manos entre las suyas, la mujer vuelve a la vida.
La niña milagro la llamó la prensa y a partir de ese día todo se transformó en sus vidas.
La niña desapareció sin dejar rastro y todo para esa madre se hizo muy difícil.
A los 7 años volvió a casarse, está embarazada, pero una llamada, de alguien con la voz de esa niña ahora más madura, le dice que está bien, que la vaya a buscar.
Una sorprendente Miren Ibarguren protagoniza la serie en un registro muy diferente de las comedias que la hicieron popular. Aquí es esa madre, Claudia, que no puede ni quiere dejar de creer. Rodrigo de la Serna, en el papel del inspector Salazar, y Milena Smit (La chica de nieve), quién aporta un aura inquietante y magnética a la joven Laura. Los tres iniciarán una investigación que los llevará a atravesar escenarios tan cotidianos como fantasmagóricos, revelando una trama oscura, mística y emocionalmente cargada.
Un thriller psicológico, quizá lo defina bien, pero sobre todas las cosas un relato que está muy bien llevado.
Hay algo en el papel de De la Serna que no termina de gustarme, quizá una marginalidad muy habitual en el en sus composiciones, que seguro es novedosa en España pero acá es algo remanido.
Es un desafío a nuestras creencias, nada se explica por la razón o la lógica, y eso es el principal atractivo del relato, aunque sospechemos siempre que la resolución no será ni lógica ni esperada.
Hay un dato muy interesante desde el punto de vista de la realización, son la textura el color y el sonido: con una clara influencia buscada del cine de los años setenta, muy Roman Polanski, la serie apuesta por una realización con textura, grano, y una banda sonora con resonancias de cinta magnética que potencia la sensación de pesadilla.
Hacia la mitad del relato, todo se irá complicando con giros inexplicables, y más hacia el final con una escena muy perturbadora, que será de alguna manera la tensión con la que termina la historia, que lejos de resolverse, nos deja con incógnitas molestas.
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