A man in full

Tom Wolfe ha sido una fuente permanente de contenido para cine y ahora series, con sus personajes potentes, contradictorios, con su moral particular y sus dichos que enseñan cómo se tiene que vivir la vida.



7 Butacas




Esta miniserie de Netflix de 7 capítulos de duración variable, nos cuenta la vida de Charlie Croker, un poderosísimo hombre de negocios de Atlanta, que hizo su fortuna con bienes raíces y hoy es el dueño de un imperio (si no fuera con el hecho que en este caso no coquetea con meterse en política, cualquiera lo podría confundir con Donald Trump), un imperio que tiene lo que muchos imperios tienen, empresas débiles con empresarios ricos.

Jeff Daniels es Charlie, y es lo mejor que tiene la serie. Daniels es un actor estupendo, capaz de encarnar personajes de gran bondad y corruptos y moralmente cuestionables como en este caso.

Tiene un registro tan amplio y su presencia es tan importante en la pantalla, que tiene que ser muy bueno para que sus personajes no naufraguen en ese carisma.

Y no tiene miedo a poner el cuerpo en estos desafíos.

La trama de esta historia es bien corporativa, uno de los principales bancos del estado tiene una acreencia con las empresas de Croker de unos 800 millones de dólares, sospechan, o mejor dicho, saben, que ese dinero no fue a expandir o mejorar sus negocios, buena parte de esos dólares se invirtieron en aviones, un coto de caza de codornices para el uso del magnate, y para la financiación de un edifico enorme en el centro de la ciudad, una especie de ícono de su poderío y orgullo que no está rindiendo lo esperado.

En el banco están dos personajes claves en la historia, el jefe de sección créditos que es Bill Camp (nos gusta en todo lo que hace) y un personaje menor pero muy oscuro y determinante en la historia que es el oficial de su cuenta, un tipo gris, que admira a Charlie tanto como quiere destruirlo.

Es la fiesta de cumpleaños 60 de Charlie en la que todo empieza a complicarse, allí canta Shania Twain, mostrando a todo el que fue que todo lo puede, pero con el costo de que su banco lo está persiguiendo.

El personaje más oscuro es este hombre gris, Raymond Peepgrass (Tom Pelphrey es el actor que ofrece una actuación escalofriante toda la serie), que está tan obsesionado con Charlie, que es el responsable de la persecución (aportando detalles que sabe de haber sido durante mucho tiempo un hombre de confianza) y que quiere además quedarse de alguna manera con todo lo que lo rodea.

Es muy fuerte la serie en el lenguaje, muy de machos poderosos que se espadean con sus miembros viriles, y este no es un dato menor en la trama.

Tanto hará este personaje, que seducirá a la ex mujer de Charlie, Diane Lane en un personaje muy adecuado para su sensualidad sesentona, con la excusa de proteger los bienes que le quedaron de su divorcio.

Traiciones, una historia paralela que involucra al jefe de legales de la empresa y la secretaria de Croker que mezcla la cuestión racial en Atlanta, y un mundo corporativo despiadado y cruel, son los condimentos esenciales de esta serie que es muy entretenida y violenta por otros medios.

Tiene todos los condimentos de una historia que si nos atrapa el fondo, todo el material con el que está construida funciona, desde las buenas actuaciones hasta los golpes de efecto.

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