Clanes

¿Si digo que es otra de gallegos traficantes alcanza? Amplío, para darnos una idea de lo que vamos a ver, si ya vimos Fariña o hasta Vivir sin permiso, ya sabemos que por esas rías navegan mucho más que atunes, y que el negocio está en la puerta de entrada de la coca sudamericana vía marítima.


4 Butacas



Ahora bien, si nos quedamos con eso es cada vez más difícil que nos pongamos a verla, porque el caso ya está bien hecho y abordado por otras series, entonces hay que poner algo que nos enganche más allá de la historia de la familia Padín, que se dedica a importar mercadería para consumo ilegal.

Entonces se arma una historia base, con romance y traiciones y venganzas, que le da un contenido extra al desarrollo.

Una abogada exitosa (Clara Lago, que anduvo por acá haciendo "El cuento de las comadrejas") huye de Madrid, de su buen trabajo y de sus madre, cuando matan a su padre en circunstancias violentas.

Allí a poco que empieza a descubrir cosas del pasado de ese hombre, aparece un puerto de Galicia y otra vida, su padre se había ido de la noche a la mañana de su pueblo natal, dejando atrás a una familia, para "exiliarse" en Madrid y arrancar con otra vida.

Lo que había pasado es que trabajaba para la familia más poderosa, los Padín, y fue su testimonio el que llevó a Padín a la cárcel y ahora era el momento de pagar por eso.

Decidida a descubrirlo todo y a vengarse de todos los que tuvieron que ver con el pasado de su padre, se instalará en ese pueblo y a poco de llegar ya todos la quieren como abogada.

Incluso Daniel, el hijo de Padín que ahora es el jefe del clan mientras su padre purga sus últimos años en la cárcel.

Ese es el planteo, entretenido, pero mal logrado.

Habrá una historia de amor imposible, una historia de venganza que se va cociendo a fuego lento, los clásicos problemas de comunicación de las telenovelas (gente que no atiende el teléfono cuando le van a contar algo muy urgente) y los clásicos vómitos cuando a alguien le dan una noticia mala (increíble que se siga usando este recurso).

Estas series españolas tienen un aire melodramático que tensiona entre el policial despiadado y la novela de la tarde que confunde más que entretiene porque no nos deja apoyado en ninguno de esos pilares por mucho tiempo.

No es de todo melodramático, no es del todo policial violento, y así vamos.

Las actuaciones tampoco son atrapantes como para que no nos levantemos a buscar algo para picar mientras la vemos.

Pero parece que la fórmula funciona, porque es de las cosas más vistas por estos días, encima en la plataforma más popular, Netflix.


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