Sugar

Hay que hacer una advertencia, Sugar no es una serie para todo público, quiero decir, si no sos un fanático del cine clásico, del cine Noir clásico, esta serie de 8 capítulos de Apple, con su impronta neo noir, te va a dejar afuera del disfrute.


7 Butacas



Hecha la aclaración, Sugar es John Sugar, un detective privado parecido a la larga y hermosa lista de detective privados que nos dejó el cine de los años 50. Es Colin Farrell y está muy bien en ese traje. Impecable, algo extraño, sensible, bueno.

Para hacer las cosas más simples, LA Confidential, aquella belleza en la que Kim Bassinger, Russell Crowe y Kevin Spacey nos trajeron de vuelta a esos personajes de la literatura policial americana (en 1997 me quiero morir!!!) es lo que tenemos que tener en mente si la vamos a ver.

A Sugar le van a asignar un caso, desapareció la nieta el poderoso productor de Hollywood Siegel, y va a hacer todo lo que esté a su alcance para encontrarla y llevarla de vuelta a su casa sana y salva.

En el medio, todos parece esconder algo. Es una familia muy poderosa del mundo del espectáculo, y si bien, a diferencia de lo mejor del género que homenajea, no hay mujeres fatales, hay si dinero y cosas no dichas.

La familia de Olivia (la joven desaparecida) es bastante disfuncional, con padre también productor, hermano actor y ex esposas muy particulares.

La trama se complejiza, aparecen algunos malos muy malos, y Sugar se irá abriendo camino en esa jungla manejando su Corvette por las calles de Los Ángeles.

Otro dato muy pero muy importante a tener en cuenta, todo el tiempo aparecen escenas de películas clásicas del género, Sugar es un amante de este cine, que de alguna manera nos ayudan a enmarcar lo que va sucediendo en la historia en el presente. Un homenaje permanente y que puede resultar tedioso para el que no disfruta o disfrutó de este tipo de películas. Están todas las que tienen que estar, y con bastante protagonismo, y por supuesto Bogart.

El tema que hay que advertir no es menor, hacia la segunda mitad de la serie (dirigida por Fernando Meirelles, aquel de Ciudad de Dios, claro) se revela un dato que es como extraído de otro mundo, de otra narrativa, de otro género.

Está bien introducido en el relato, pero no deja de ser quizá un dato extravagante, que no todos digerirán de igual manera, no vamos a contar de qué se trata, pero hay que decir que de alguna manera intentará explicar algunas cosas que nos quedaban raras en el devenir de la trama.

El personaje es encantador, le va perfecto ese héroe clásico a Farrell en esta madurez actoral que nos muestra. La historia se sostiene, tiene todos los ingredientes que necesita este género (cadáveres en baúles de auto, fotos comprometedoras, gente que no dice todo lo que sabe) y también algunos personajes muy bien construidos como el de la madre de la chica desaparecida, una vieja estrella de rock alcohólica en recuperación que es con quién Sugar armará una relación de gran ternura.

Pero claro, el giro del que hablaba antes nos hace repensar todo cuando terminamos de verla. Podría haber sido una serie de muchas butacas...

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