The morning show T4
Sigo muy favorable a esta serie, que temporada tras temporada se las arregla para tocar temas de actualidad, reflexionar sobre los medios de comunicación y el deber ser, siempre abordando lo último en materia de discusión pública, con un guion extraordinario por lo bien construido, y además bien actuada!
6 Butacas
La serie va cambiando el foco de sus temáticas en cada temporada, este año será la IA metida en el corazón de las empresas periodísticas, pero también estarán el show televisivo, el valor de una buena historia que tiene que ser debidamente investigada (con el modelo clásico) y el poder en su máxima expresión.
Y el show, siempre el show que lo tiñe todo, en definitiva, es información lo que vemos cómo se construye, pero también, sobre todo en ese formato tan propio que tiene la televisión de Estados Unidos en sus programas de noticias de la mañana, también vemos y necesitamos show.
La vieja dupla ya no hará pantalla, es decir, esta temporada la vemos Jennifer Aniston como principal ejecutiva de la cadena, producto de una fusión como dejamos en la temporada 3, y tampoco está Reese Witherspoon, a quien irán a buscar en esta temporada para una suplencia, sacándola de su retiro en Virginia, adonde da clases y casi no ejerce, después de terminar colaborando con el FBI en el caso vinculado a su hermano problemático (la toma del capitolio nada menos).
Otro acierto que tiene esta serie es que los personajes centrales, con sus conflictos y sus historias, siguen una lógica, a la que se incorporan personajes secundarios potentes, que se mezclan con ellos.
En esta temporada se incorpora Marion Cotillard como Celine, la nueva presidenta del consejo; Aaron Pierre como Miles, el marido artista de Celine; Jeremy Irons como el padre de Alex, un profesor de derecho; William Jackson Harper como productor; y Boyd Holbrook como un podcaster al estilo Gordo Dan que, inexplicablemente, trabaja en una cadena de televisión anticuada y se llama literalmente “Bro”.
Habrá de todo, conflicto internacional, grieta entre periodistas, brutalidad en el lenguaje, y la vuelta de los viejos conflictos no resueltos, el racismo a la hora de las promociones, la paga diferencial, y lo clásico.
No crea nuevas situaciones, en general en esta temporada vuelven viejos temas, pero se las arregla para que nos interese, con una buena iluminación y buenos diálogos sobre todo.
También es despiadada, no hay respiro y no hay tregua en ese camino de pisar cabezas, y los momentos para disfrutar de la cima se acaban pronto.
Es una franquicia que funciona, que está muy bien filmada, y que tiene sobre todo en Billy Cudrup un personaje y un actor extraordinarios, al que queremos y odiamos con la misma intensidad y en esta temporada está otra vez muy bien.
Sobre todo en ese episodio en el que hablan del legado, y se van a bucear en los vínculos, de su personaje con su madre y del de Aniston con el de su padre, como señalamos, interpretado por Jeremy Irons.
Tiene algo de vértigo cada nueva temporada, no agota los temas espinosos que aborda, los personajes tienen una línea de tiempo que va madurando conforme crece la historia y nos sorprende cada año.



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