Megalópolis
Olvidensé de las butacas para esta reseña. ¿Cómo resumir una sensación en una especie de evaluación, que es siempre algo tan subjetivo? Son 5 precisamente para quedarme en la comodidad del centro. Megalópolis no es una película, es Francis Ford Coppola diciéndonos cosas que viene pensando y masticando hace muchos años y que tenía ganas de gritarlas o susurrarlas como se le canta. 5 Butacas No quiero decir que es un capricho, aunque podría ser también, quizá sea un ejercicio plástico, como aquel mural de Siqueiros que tanto trajín tuvo, y nada mas y nada menos que eso. La película (creo que hay que verla) es de un esplendor y una locura extraordinarias y de partes iguales, y se ama y se odia con la misma intensidad. Puede pasar por ser una galería de situaciones, lujosas, majestuosas desde lo visual, extraordinarias en términos de la cantidad de capas de sentido que tiene cada escena, pero a la vez un fiasco monumental al que no podemos adivinar siquiera una trama. Esto desalienta. Per