The Jocker: Folie a deux
Qué tentación debe haber sido ir por una segunda película después del éxito de crítica y público de la primera. Pero a veces hay que resistir.
3 Butacas
Esta segunda entrega es un musical. Es decir, en momentos clave, cuando se está por revelar algo, cuando algo parecería emerger, cantan, bailan, cantan, bailan.
Tengo que decir algo sobre lo que no tengo dudas, la película es de una belleza oscura bastante inusual, cinematográficamente es sublime, climas, texturas, colores, matices, enfoques, música incidental perturbadora.
Nos mete de nuevo en el torcido universo de Arthur Fleck y del Jocker, para hacernos dudar de todo, pero...
...pero ya no nos causa la misma sorpresa ni sacudón que nos causó la primera vez que lo vimos, aquella en la que lo comparamos con otros Jockers de la historia y vimos que había algo distinto en este, que nos permitió ir a su historia, a su infancia, a su personalidad, a su madre.
Atrás quedaban César Romero, Nicholson, Ledger, y no porque sus Jockers no nos gustaran, para nada, sino porque este de Phoenix venía a darle el definitivo pasaporte a la grandeza, no iba a ser un personaje marginal nunca más.
Coincide este estreno con otro también derivado del universo Batman, con la serie El Pingüino que está protagonizando Colin Farrell por Max, y no es bueno para esta segunda parte de Jocker, que se transforma en una parodia sin mucho sentido.
Tampoco le aporta mucho Lady Gaga que acompaña esta historia desde un lugar y con un personaje muy indefinido, poco lucido y con el solo propósito de acompañar al guasón en las canciones.
Las canciones elegidas tampoco son para volarnos la cabeza, parece por momentos un disco de Rod Stewart repasando el cancionero estadounidense de todos los tiempos y clásicos.
Poco también por ese lado.
Lo que en la película primera nos fascinó, las muecas, la delgadez del personaje, esa composición, en esta nos distrae, nos molesta, no lo terminamos de entender del todo.
Lo vemos a Fleck escindido de ese Jocker asesino, pero no creyéndoselo del todo, lo vemos riendo con esa risa horrible en momentos inadecuados, nos molesta, lo vemos deambular entre las dos personalidades sin saber para qué, adónde va.
Se hará el juicio, y todo terminará raro.
Hay juicio entonces y romance, pero ninguno de los dos parece encajar.
Y hay, también es justo decirlo, dos interpretaciones (de Gaga y Phoenix claro) al límite y bien esforzadas, pero sin un marco, un guión que nos lleve, no sirve de mucho.
A veces hasta molesta que Fleck fume todo el tiempo.
Además es larga, demasiado larga.
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