Máxima

Esta es una historia extraña, porque a diferencia de otras historias de princesas, esta es una historia de una princesa que siempre lo fue.


4 Butacas



Máxima Zorreguieta se retrata en esta miniserie como una niña que siempre supo lo que quiso hacer, privilegiada desde la cuna, solo tenía que esperar que el destino haga lo suyo y ponga a los planetas en línea, para que ella fuera lo que siempre fue, una reina.

Estrenada a fin de abril en Países Bajos, llegará en la segunda mitad del año a Max en Buenos Aires.

Es bastante básica la serie, y el personaje, si bien la etapa de las revistas del corazón y las del jet set ya abordaron hasta el detalle las alternativas de su encuentro con el príncipe heredero de la corona de los Países Bajos, ver esas fotos que vimos tanto, actuadas, puede ser atractivo para algún público.

Las historias de realeza siempre son atractivas, siempre son glamorosas, pero esta por alguna razón carece de esa magia.

Quizá porque es actual, porque se retrata a la princesa como una persona demasiado desenvuelta, demasiado potente, como para dejarse encandilar por la magia de la carroza, y porque, según la historia, parecería que Máxima siempre supo cuál sería su destino, que iba a llegar si o si a su vida.

Nos olvidamos de la historia del melodrama argentino, la niña hermosa pero pobre que conoce al príncipe azul que le hace vivir un cuento de hadas, nada de eso, acá parecería que es Máxima la que le da vida a ese príncipe aburrido y descolorido, para convertirlo en el Rey que hoy es.

Una especie de Evita para una institución que necesitaba caras nuevas.

Hay una obsesión en la serie por el tema dictadura y el papá de Máxima, recordemos que fue el Secretario de Agricultura de ese gobierno de facto, pero a diferencia del relato dominante "era solo un técnico", en la serie se lo ve muy involucrado con el Proceso de Reorganización Nacional, y conviviendo y apoyando esas ideas (y los métodos asesinos).

No hay piedad en la serie para el padre, figura muy importante en la vida de la Reina.

Y si ella influyó en el guión, o lo permitió, tampoco está muy bueno que aparece como "arrepentida" de lo que su padre hizo, una vez que su escalada en el reino está asegurada.

Visita la muestra en NY de su hermana artista, en la que esa media hermana a la que adoraba de chica y ahora casi no ve, y descubre las cosas que apoyó su padre y el daño que le hizo a esa hermana que no ve desde hace años cuando la echó de la casa por cuestionarlo (vos y la zurda de tu madre...).

Es demasiado evidente que esta versión intenta con esmero despegarla de todo el pasado de su padre.

Es cierto, ella era muy chica, pero no está del todo bien resuelto cómo lo procesa cuando es adulta y se convierte en un tema de Estado para su novio y la madre de su novio (la reina) y el Primer Ministro (recordemos el casi boicot de Holanda en el mundial 78).

Es muy interesante la interpretación de Delfina Chaves, está bien en todo lo que hace generalmente, pero en este papel tiene desafíos en varios planos, interpretar a una persona real pero sin imitarla, es decir, captar su carácter, su esencia, trabajar hablando en español, inglés y holandés, nada fácil, y sale muy bien parada de todo, no solo a fuerza de una belleza que la pantalla adora, sino con buenas herramientas interpretativas.

Pero la historia no atrapa, no nos ofrece nada que no hayamos visto, quizá el "proceso de inmersión" en la corona y sus costumbres, sus rigideces, sus protocolos, puede mostrarnos un costado inusual, y lo presentan como el "gran sacrificio" como si fuera un esfuerzo trabajar horas y horas en eso... una burla para los que de verdad se tienen que esforzar para conseguir cosas.

Hay poca empatía en esa princesa lejana, que habla un idioma tan difícil, que ha trabajado para que su pasado no la salpique, y que de alguna manera fue siempre una princesa, colegio caro, nunca un colectivo, andar por la vida con red (...andá, si te falta plata te apoyamos...le dice siempre que puede su padre) con custodio, sin preocupaciones más allá de la ropa para salir y a qué galán levantarse en una fiesta.

Puede ser un personaje atractivo, no entiendo por qué, pero hay un público para este género.


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