The dry

Se acuerdan de Fleabag? La extraordinaria y conmovedora serie inglesa con la que descubrimos a Phoebe Waller-Bridge, The dry bien podría ser su hermana irlandesa.


8 Butacas



La primera escena es brutal, un matrimonio sesentón está sentado en un sillón en su living, con las cortinas cerradas, frente al cajón de la madre de la señora del matrimonio, están a punto de abrir las puertas de su casa para el velatorio.

En eso llega arrastrando su valija enorme Shiobán, una de las hijas, que vive hace unos años en Londres y es una alcohólica en recuperación, que hace algo más de 6 meses que no bebe.

Ella es Roisin Gallagher, una actriz de enorme talento y belleza.

Llega a su familia, que no la espera precisamente con los brazos abiertos, es más, les llama la atención el tamaño de su valija. Y es que Shiv, como le dicen, está sin trabajo, sin pareja, y a sus 35 años solo puede decir que el único logro de su vida es haber dejado de beber como lo hacía, con lo que necesita pasar unos días en su casa paterna para recuperar fuerzas.

Todo es tensión en esta serie, hasta los chistes, las situaciones graciosas que tiene muchas y buenas, se tiñen de tensión por lo brillante del planteo de las escenas, muchas de las cuales nos dejan en una incomodidad fabulosa.

Es de Britbox, tiene 8 capítulos cortos de media hora, y si bien está plantead como comedia, les aseguro que van a estar incómodos todo el tiempo.

La familia es disfuncional, caótica, y mantienen un delicadísimo equilibrio a fuerza de no incomodarse, de no decirse cosas, de robarse a escondidas y de llevar una vida "normal" aunque no funcione en ningún plano.

Los padres son dos personajes hermosos, y construidos con gran profesionalismo, Bernie, la madre (Pom Boyd) que toma todo el día sin que nadie le señale que a las 10 de la mañana está mal andar con una copa de vino por la casa,  y Tom, interpretado por el extraordinari Ciarán Hinds, que tiene una aventura con su acupunturista china en una especie de acuerdo con su esposa de mantener parejas abiertas, aunque con el compromiso de no enamorarse, cosa que no cumple.

Como corresponde, Shiv tiene que seguir con sus reuniones de AA y tiene que buscar un sponsor que la saque de las muchas tentaciones que va a tener en la temporada en casa de sus padres. La búsqueda de ese nuevo grupo y la elección de su nueva sponsor son sencillamente geniales.

Todo es apariencia que se desmorona con la llegada de la hija que es la que tiene todos los problemas siempre, todo el resto de la familia son perfectos, en su propia mirada, pero Shiv llega para poner todo patas para arriba.

Ella es un desastre, lo sabe, pero todo lo que la rodea, en especial su familia, tiene mucho que ver con su adicción y su personalidad.

Sobre el final, un monólogo descarnado y brutal de la protagonista nos hace reflexionar sobre los excesos, los orígenes de las adicciones y los banquinazos que podemos llegar a dar en nuestra vida.

Una serie potente, adulta, nerviosa y tensa.

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