Emilia Pérez

Emilia Pérez es una especie de ópera, con fondo historia de narcos, con fondo latino mexicano con elenco gringo que habla español (no tan bien en algún caso) filmada por director francés en Francia.


6 Butacas



Es decir, un cóctel que puede salir bien o mal.

Una mezcla de ingredientes no habituales, que da como resultado una película que por momentos queremos dejar de ver y por momentos nos atrapa por sus giros.

La protagonista, en la mirada de este crítico, no es la actriz española que interpreta a Emilia Pérez, la luz debe estar con Zoe Saldaña, una extraordinaria actriz que además es fluida en varios idiomas y que en este rol de abogada agobiada a la que la suerte le cambia de manera brutal, es sobresaliente.

Sobre todo porque la película exige, en un viraje que cuando lo advertimos ya estamos atrapados por la historia, que cante y baile y lo hace de manera perfecta.

Hay mucho México, pero como siempre pasa, hay mucho estereotipo de México, mucho y medio berreta.

Pero la historia tiene que transcurrir alli.

Rita es una abogada estudiosa y esmerada, que trabaja para que otros se luzcan. Está claro que no quiere esa vida para siempre, pero no ve muchas alternativas para pode cambiar.

Una noche recibe un llamado con una propuesta que le va a cambiar la vida, un narco muy famoso al que llaman Manitas, le pide ayuda con algo muy sensible.

Manitas quiere convertirse en mujer, dejar su vida atrás, retirarse con tantos millones que hizo, que todo el mundo lo de por muerto y empezar una nueva vida.

Un giro a las historias clásicas de este tipo de personajes machotes y todo poderosos traficantes que deciden sobre las vidas de todos, Manitas quiere decidir sobre su propia vida.

Rita lo tiene que ayudar a que pueda hacerlo, desde encontrar al mejor médico que lo opere para que la transición de sexo sea total, hasta encargarse de su mujer (una Selena Gómez que no puede expresarse en español y eso es una caricatura risueña de su latinidad) y sus hijos a los que adora.

Cambiar para sentirse vivo o viva, pero a la vez no perder algunas cosas básicas como sus hios.

Todo un desafío.

Manitas será Emilia, y ese narco será ahora una benefactora, una mujer adinerada que hace el bien a familias que no encuentran a sus familiares ultimados por las bandas narcos.

La historia seguirá con giros que la harán cambiar todo el tiempo, con buena fotografía y en algún momento los momentos musicales, que son cuadros de una ópera, ya no nos resultarán extraños al relato, los incorporaremos de manera natural y sin ningún tipo de estrés.

No deja de ser un relato de estereotipos, pero a diferencia de otros con intención dramática, acá la vibración va por otro lado.

No puede escapar a esa parte del canon, a ese reflejo que de los relatos narcos tenemos y de alguna manera espiamos en contenidos más o menos interesantes.

Alguna vez terminé de leer la novela de Arturo Pérez Reverte "La reina del sur" y una amiga que estudia y conoce ese mundo de las letras vinculadas al narco me dijo que lea otros autores, que se asoman a ese mundo desde otro lugar. Llegué a Elmer Mendoza, y otros autores que me hicieron ver la diferencia.

Emilia Pérez hay que verla con esas advertencias. No es una película para tantos premios y nominaciones, más que por lo extraño de su puesta.


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