Taboo

Taboo

El talento de Tom Hardy al servicio de una historia incómoda, salvaje, en medio de los modales británicos y la sorda guerra por el comercio y el imperio de los mares.



7 Butacas


Hardy es James Keziah Delaney, que vuelve a Londres en 1812, con su padre recién fallecido y a intentar reconectarse con su pasado (nada fácil) y reconstruir la empresa naviera de la familia.

Esta buena producción que se puede ver en los servicios On Demand tiene varias historias que se cruzan, la vida del protagonista, con referencias a un pasado accidentado, salvaje y complejo, que incluye una temporada en el África profunda, lo que forjará un costado místico en el personaje. 

Pero también conviven historias políticas, económicas, pasionales en el marco de la contienda compleja derivada de la independencia de Estados Unidos.

James heredará entre otras pertenencias una isla, situada estratégicamente en el borde mismo de lo que sería Canadá y Estados Unidos en la costa del Pacífico, una isla que pretende la poderosa East India Company y la Corona.

La presión por obtenerla, que Hardy defenderá con todo lo que tiene (y tiene mucho) todo adornado de intrigas y muerte, será el nudo central de la historia que hace de guía de las historias más pequeñas y particulares que pueblan bien el relato.

Lo más interesante es el mundo que describe. Una Londres que se ve apacible y prolija en la superficie, pero esconde barro, mugre y marginalidad aún en los palacios.

Una excelente puesta en escena de ese mundo y de esos habitantes, la más de las veces marginales, con ropas sucias, cicatrices y dientes a punto de caer.

Las condiciones de vida, los aspectos que damos por virtuosos, y el desparpajo absoluto para la violencia callejera, son marcas de la serie.

Vamos a ver una trama que primero introduce al protagonista en escena, ocultando un pasado que iremos revelando a medida que transcurran los capítulos. Un esfuerzo por comprender a un padre al que vio poco, y acaba de fallecer, que tenía sus desequilibrios, un convivir con lo que queda de su padre, y dos historias de amor, una insinuada y una absolutamente perturbadora para estos días.

En definitiva, una historia incómoda, bien narrada, y con la actuación descollante de Tom Hardy, como casi siempre que se pone frente a una cámara.

Como detalles a tener en cuenta, Johnnatan Pryce y Oona Chaplin entre el elenco, hay producción de Ridley Scott, y hay intervención en la creación y en los libros de Scott y Hardy.

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