The missing (temporada 2)
The missing (temporada 2)
Adictiva, sensacional, compleja, bien narrada, ambientada y actuada, un desafío para la atención y la inteligencia.
9 Butacas
La segunda temporada de The missing (la tercera parece que adquiere el nombre del detective protagonista y se llamará Baptiste) nos vuelve a sumergir en un caso de desaparición de niños. Esta vez en Alemania.
Ya conocemos a Julien Baptiste (el sensacional actor turco Tchéky Karyo) y a su familia. Ya sabemos que está jubilado, ya goza de su fama mundial por ser un sabueso capaz de armar los rompecabezas más difíciles para encontrar gente que se ha perdido, y ya sabemos de su empeño.
Esta nueva temporada arranca no con una desaparición sino con una aparición. Una fría mañana de invierno una adolescente aparecerá en la plaza central de un pueblo en Alemania, enferma, casi por morirse, y cuando logran estabilizarla descubren que se trata de una niña desaparecida hace 11 años.
Se reencontrará con su familia (ingleses que están viviendo en una guarnición militar en ese pueblo alemán) y la aparente felicidad se irá transformando poco a poco en inquietud.
Ella parece no ser la que dice que es.
Con su desaparición, más o menos para la misma fecha, también se produjo otra, la de una niña francesa que por alguna razón se conectan al decir la aparecida su nombre a los médicos que la atendían.
Ese caso, el de la francesa, es un caso viejo que Baptiste todavía no pudo resolver, y será la oportunidad para saldar esa deuda con esa familia, que se destruyó ante la no aparición de su hija.
Así de complejo, pero así de desafiante para el espectador.
Otra vez, como formato probado, nos tendremos que acomodar a una narración en tres tiempos, presente y dos pasados (esto está resuelto de manera impecable con sutiles cambios en los actores, nada forzado) y otra vez la serie nos desafiará a ir encontrando esas sutilezas que nos llevan al desenlace.
Que llegará manso, como consecuencia de todas pistas que ya nos dieron, sin agregados artificiales ni recursos inesperados.
Es sin dudas una serie disfrutable del primero al último de sus 8 episodios.
Imperdible
Adictiva, sensacional, compleja, bien narrada, ambientada y actuada, un desafío para la atención y la inteligencia.
9 Butacas
La segunda temporada de The missing (la tercera parece que adquiere el nombre del detective protagonista y se llamará Baptiste) nos vuelve a sumergir en un caso de desaparición de niños. Esta vez en Alemania.
Ya conocemos a Julien Baptiste (el sensacional actor turco Tchéky Karyo) y a su familia. Ya sabemos que está jubilado, ya goza de su fama mundial por ser un sabueso capaz de armar los rompecabezas más difíciles para encontrar gente que se ha perdido, y ya sabemos de su empeño.
Esta nueva temporada arranca no con una desaparición sino con una aparición. Una fría mañana de invierno una adolescente aparecerá en la plaza central de un pueblo en Alemania, enferma, casi por morirse, y cuando logran estabilizarla descubren que se trata de una niña desaparecida hace 11 años.
Se reencontrará con su familia (ingleses que están viviendo en una guarnición militar en ese pueblo alemán) y la aparente felicidad se irá transformando poco a poco en inquietud.
Ella parece no ser la que dice que es.
Con su desaparición, más o menos para la misma fecha, también se produjo otra, la de una niña francesa que por alguna razón se conectan al decir la aparecida su nombre a los médicos que la atendían.
Ese caso, el de la francesa, es un caso viejo que Baptiste todavía no pudo resolver, y será la oportunidad para saldar esa deuda con esa familia, que se destruyó ante la no aparición de su hija.
Así de complejo, pero así de desafiante para el espectador.
Otra vez, como formato probado, nos tendremos que acomodar a una narración en tres tiempos, presente y dos pasados (esto está resuelto de manera impecable con sutiles cambios en los actores, nada forzado) y otra vez la serie nos desafiará a ir encontrando esas sutilezas que nos llevan al desenlace.
Que llegará manso, como consecuencia de todas pistas que ya nos dieron, sin agregados artificiales ni recursos inesperados.
Es sin dudas una serie disfrutable del primero al último de sus 8 episodios.
Imperdible
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