Long shot

Long shot

La historia clásica del perdedor y la mujer hermosa, el idealista y la poderosa, los extremos que nunca se juntan, con tono de sarcasmo y el toque escatológico que tan bien le sienta a Seth Rogen.




6 Butacas


Rogen es Fred Flarsky, un periodista lleno de ideales que escribe para un diario independientes y cuyas historias están siempre al límite del problema.

Jugado, ácido, independiente, es todo lo que un idealista desea ser. Cambia el mundo desde su columna.

Un día se entera que su medio, al que idealizaba, acaba de ser comprado por un magnate de los medios y renuncia. No le da siquiera la chance de ver si puede funcionar, se va.

Desempleado y angustiado, va a una fiesta con el solo objetivo de emborracharse, pero en ese lugar exclusivo, al que entra mal vestido y ansioso de beber, se encuentra con Charlotte Field, la Secretaria del Estado, el personaje que compone Charlize Theron, a quién cree recordar de su niñez.

Ella es una de las mujeres más poderosas del planeta, además de hermosa y sofisticada.

Fred es desaliñado, muy desmadrado y gracioso.

Si, ella fue su niñera a los 13, con apenas unos años más que él.

Si, era hermosa de niña.

Si, Fred estaba enamorado.

El reencuentro es, a todas luces, una invitación a seguir viéndose.

Ella lo contrata como el escritor fantasma de sus discursos. Irá por la presidencia de Estados Unidos.

La rodean equipos, voceros, secretarios, marketing, y ella, se irá poco a poco enamorando.

Así de simple la trama, así de previsible.

Con los clásicos toques de la nueva comedia norteamericana, de crítica a la política, a los medios, a las imposturas. Las campañas y los candidatos son, en líneas generales, parodias de la realidad.

El amor en el medio, de los que no pueden juntarse por ser tan distintos, la mujer poderosa que se enternece, que sale de su rol para disfrazarse y escaparse de la custodia.

Nada de lo que veamos será una sorpresa, pero si será una agradable sorpresa verla a Theron en la comedia, que transita con elegancia y con mucha gracia.

Rogen no puede con su historia y se las arreglará para hacer sus mohínes, cambiar la voz, y por supuesto la parte escatológica que, muy zarpada, nunca falta en sus películas.

Un buen entretenimiento. 

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