Blue Jasmine
Blue Jasmine
Me baño en esas aguas, los lectores de este blog ya lo
saben. Ya saben que conozco toda la filmografía de Allen y que cada vez que veo
actuar a Cate Blanchett me asombro con su capacidad de desaparecer en sus máscaras,
que me parece la actriz más lúcida de su generación, la más osada, la que más
riesgos toma y la que mejor hace todo.
Entonces podría poner el punto final acá. Si, la película me
gustó. Me gustó mucho, en realidad.
Y no puedo, tampoco quiero, discernir entre ese trabajo que
desborda la pantalla y la solidez de un guión que, estamos de acuerdo no tiene
destino de biblioteca (como si tienen Crímenes y Pecados, La otra mujer, o
Interiores, por citar solo algunas de las películas anteriores de Allen en esta
línea de búsqueda) la película es un todo, y en ese todo Allen es insuperable.
No hay magia, no hay chistes (la mayoría de los momentos de
comedia de la película están en manos de las actuaciones de esos actores que
hacen de coro a la Blanchett y en el deliberado mal gusto de los ambientes en
que transcurren) no hay historias que necesiten ser seguidas con una guía. Hay
en cambio una anécdota poderosa y una narración magistral.
La anécdota poderosa la podríamos haber leído en el diario
del domingo, ponen preso a un financista (podemos pensar en Bernard Maddoff) y
a partir de la lectura de esa noticia podemos imaginar (si tenemos con qué) qué
será de su familia ahora que tiene que purgar varias vidas en la cárcel, cuál habrá
sido el disparador de todo?
Cate es Jasmine, es la esposa de Alec Baldwin, hermoso
ejemplar de la raza alta altísima de Nueva York, self made man, exitoso,
gastador, mujeriego, entrañable, despiadado. Millonario. Benefactor (con dinero
de otros) organiza las mejores fiestas de la ciudad y encabeza más de una
organización.
Cate es su mejor flor.
Por eso dejó de llamarse con un nombre vulgar para llamarse
Jasmine.
Y será la mejor compañía, el mejor adorno del hombre
exitoso.
Cuando Allen nos presenta a Jasmine lo hace cuando huye. En
el preciso momento en el que viaja desde Nueva York a San Francisco, a la casa
de su hermana (son las dos adoptadas) a la que no ve y no quiso ver durante sus
muchos años de esplendor, para refugiarse en su dos ambientes.
Esos días en ese departamento, su desmoronamiento, su
humillación, su vacío, sus manotazos y sus ahogos, su odio, su desesperación y
su desesperanza, son todo el argumento, derramado en escenas desbordantes de
talento.
Todo está al servicio de Blanchett (¿por qué no la encontró
antes?) y ella saca bueno provecho de ese honor.
Allen conoce, o hace un esmerado intento por conocer la
sensibilidad femenina. Para mi gusto, retrata como nadie a las mujeres.
Y si en “La otra mujer” nos ponía frente a frente a una
mujer fuerte que todo lo manejaba (o creía manejar) en Jasmine nos tomamos con
lo artificial, con la mentira, con las poses, con lo vacío, con lo lábil que
pueden ser las vidas a pesar del poder y el dinero que las adorna.
Serán flores falsas. Tristes. Que nunca se marchitan,
cierto, pero que se ensucian y quedan en un rincón de la casa, descuidadas,
hasta que van perdiendo el color y el brillo.
Y Blanchett transcurre esas escenas de decadencia, de sofocones,
de falta de aire (falta el aire cuando la vemos) de búsqueda desesperada de
Xanax, de mirada perdida, de manera magistral.
Conmueve cuando frágil, esperanza cuando parece que
encuentra una salida, desola al final.
Su cara es fresca cuando encuentra trabajo, hasta sexi
cuando camina entusiasmada, huesuda y angulosa como un filo cuando parece que
va a convulsionar y desencajada cuando pierde el eje.
Transpira, tiembla, sonríe con sonrisa perdida y nos da
ganas de abrazarla, de acariciarle el pelo y decirle ya está bien.
Hasta que nos enteramos de los acontecimientos que
desencadenaron la prisión del marido, y entendemos que su inocencia también era
fingida, nos apiadamos menos, pero enseguida volvemos a sentir pena por ella.
Si amigos, todo eso junto y en un poquito más de hora y
media.
No se puede pedir más a una historia filmada. Simplemente no
se puede.
No vamos a ver una película de esas en las que es necesario
estar atentos a un argumento cambiante, ni a un giro de intrigas o a grandes
escenarios naturales, nos vamos a meter a espiar la vida falsa de una mujer
falsamente feliz.
Comentarios
Publicar un comentario