Mank
Mank
Una evocación para cinéfilos? Quizá, pero hermosa. Funciona en varios planos, pero la cinematografía es sobresaliente.
8 Butacas
Quizá sea una de esas películas autocelebratorias que dejan un montón de gente afuera, que necesita muchos datos para verla, y sobre todo que le tienen espanto al blanco y negro, bueno, para ellos están los super héroes, que cada tanto surja una producción para los que amamos el cine, no molesta a nadie.
Mank es el apodo de Herman Mankiewicz, el guionista de la mejor película de la historia del cine, según muchos, y un escritor sensacional, que conoce el mecanismo de los grandes estudios y sus miserias bien desde adentro.
Complicado, alcohólico, difícil, la historia se instala en esos días en los que escribe, alejado del mundo mientras se recupera de un accidente de tránsito, el guión que lo hará inmortal. Una magnífica interpretación de Gary Oldman, a la altura de su capacidad para interpretar.
Hay que decir que está acompañado por un reparto muy sólido, de poco nombre, pero muy bueno, entre los que se destacan Lily Collins (la hija de Phil) Amanda Seyfried como Marion Davis (una diva) y Tom Burke como el legendario y expansivo Orson.
Ese guión controvertido, que casi no se filma, tenía mucho para no hacerse: Era una película que Orson Welles, de tan solo 24 años, iba a filmar teniendo el control total de producción, en la que un estudio chico RKO le quería disputar unos centímetros de gloria a los grandes (para los cuales trabajaba Mank) y se basaba sin decirlo en la figura de un Titán de los medios de esa época, William Randolph Hearst.
Tenían todo para perder, sin embargo la llevaron adelante.
Mank conocía ese mundo, había sido invitado más de una vez a ese palacio en el que WRH escondía a su más preciado tesoro, la actriz Marion Davis, quizá por su bizarrez, por sus verborragia, por su inteligencia sin límites, era un buen atractivo para esas fiestas.
También peligroso cuando la bebida hacía que perdiera los límites y el decoro.
Esa intimidad, que en la película está contada con flashbacks muy bien delimitados, es la que refleja en ese guión complicado y maldito que casi se frustra antes de empezar.
La película se hace (es revolucionaria en casi todos los rubros, sobre todo en fotografía) y pasa los primeros años con poca hidalguía (de hecho gana solo un Oscar al guión, de las 9 nominaciones que tuvo) hasta que de a poco se va convirtiendo en la obra maestra que todavía es.
Mank está bellamente filmada, con una textura de blanco y negro de gran hermosura, cerca del arte, y es ambiciosa en duración y profundidad de texto (es un viejo guión de Jack Fincher, el periodista papá del director) muestra el brutal sistema de producción de los grandes estudios, fábricas de sueños en medio de la depresión de los 30, días en los que los estudios se adueñaban de las vidas de sus estrellas.
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