Paul


Paul

Gregg Mottola es el director de esta película. Con su nombre no decimos nada. No es uno de esos directores ni de moda, ni que nos haya entregado películas taquilleras. Por el contrario, es uno de esos directores de culto. De un segmento muy pequeño de idiotas (me anoto ahí) a los que nos gustan las películas que van por el absurdo.

Adventureland (crítica de Butaca al Centro hace unos cuantos meses) varios episodios de la serie de TV Arrested Development, sirven para graficar de qué tipo de cine hablamos.

Paul es una historia simple, de alliens, todos serán alliens en este mundo que recrea Mottola. Dos ingleses (alliens, legal alliens como dice Sting) se cruzan el Atlántico para asistir a una de las tantas ferias del Cómic que abundan en la cartelera americana. Se fascinan allí, tienen preparado todo el viaje desde que son amigos de niños. Alquilarán un motorhome al viejo estilo, y harán lo que marcaron en su mapa, todo el viejo recorrido de los platos voladores del midwest americano, el área 51, el buzón negro y los desiertos.

Todo está saliendo bien, hasta que, en medio de la noche, se cruzan (el auto que maneja se estrella delante de ellos) con Paul. Paul es un extraterrestre que cayó por accidente en el desierto en 1949. Y se quedó allí a vivir.

Fuma, toma, le gusta Marvin Gaye y la marihuana, hace revivir a un pájaro muerto (para después comérselo de un bocado). Entrañable, pícaro, inteligente, usará a los amigos británicos para lograr su objetivo; cansado de servir al departamento de estado y al gobierno (sabe que ya no les es útil y lo van a matar) tiene todo arreglado para escaparse y que lo vengan a buscar de una vez.

La película es hilarante desde que empieza hasta que termina. En la lista de alliens se toparán con dos investigadores muy pelotudos, una cristiana practicante que odia a Darwin, y la mandamás, la más mala que trabaja para el gobierno y lo quiere muerto, Sigourney Weaver. El elenco es increíble, reconocibles en este nuevo género de comedias en las que, las situaciones son siempre absurdas, pero en las cuales nos vemos envueltos a menudo.

Simon Pegg (increíble comediante inglés) y Nick Frost son los Brits. Jeffrery Tambor, Jane Lynch (si, la de Glee) Jason Bateman, la Weaver, y la voz de Paul, el inclasificable Seth Rogen. Los Saturday Night Live Bill Hader y Kristen Wiig (su paso del cristianismo practicante al uso de malas palabras en su lenguaje es increíble)

Hay para reírse, para pensar, es el lado B de las películas de ciencia ficción con las que crecimos.

Paul les cuenta que en todos estos años trabajando para el gobierno lo han hecho ser asesor de creativos a cambio de silencio, la escena en la que le da los lineamientos de ET hablando por teléfono con Steven Spielberg es de antología.

Si quieren pasarla bien, este es el cine. Es cierto, no es un registro de comedia que le guste a todo el mundo, pero vale la pena el intento.

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