The Snowpiercer
The Snowpiercer
Todo se congeló en la tierra, es en un futuro, pero no tan
lejano como para confundirnos con pura ficción. No hay cosas rarísimas en lo
que se ve y se palpa, no hay autos voladores ni aparatos extraños, todo lo que
se congeló es muy parecido a lo que vemos hoy a nuestro alrededor.
Se congeló el mundo por el abuso de químicos en la
atmósfera.
Y punto.
La vida entonces, también se extinguió de todos lados, por
las bajas temperaturas, de todos lados menos del interior de un tren. Un tren
especial construido por Industrias Wilford. Una industria del transporte
ferroviario que, con las inspiración del Señor Wilford pudo crear un tren cuyo
motor no para nunca, es autosustentable, y puede albergar miles de pasajeros.
También el señor Wilfor pudo conectar las vías existentes en
varios países de tal manera, que su tren dará la vuelta al mundo.
Eso es lo que vemos apenas nos asomamos al tren, al tren
que, a medida que pasen los minutos, descubriremos que es la única forma de
vida sobre la tierra.
Entonces, al ser el único lugar del mundo en el que es
posible la vida, la humanidad toda entra en sus vagones. Y esa es la buena
historia de esta película.
Es la más pura ciencia ficción, la más pura, pero a la vez
la más interesante, ya que parte de hipótesis que son tan cercanas que logran
hacernos cuestionamientos muy cercanos.
La humanidad necesita balance, equilibrio, y ese será el
nervio central de esta historia. El balance, entre lo bueno y lo malo, lo lindo
y lo feo, lo controlará un Dios, el Señor Wilford.
Entonces la historia correrá por la lucha de la clase baja,
muy baja, con la mayoría de sus integrantes nacidos y criados en el tren (hace
17 años que son la única forma de vida) y un deseo de salir de los vagones de
cola que los hace encarnar una revolución asombrosa, romántica, heroica, y
definitiva.
Los actores que veremos en esta película son en su mayoría
actores que solemos ver encarnando desafíos actorales interesantes, y eso le da
un condimento especial a la pantalla.
También es muy interesante que la historia no recurra a
giros excesivos ni cuestiones sobrenaturales o giros inesperados pero tirados
de los pelos para redondear o cerrar el relato, todo es de un devenir intenso,
pero creíble, con buen ritmo narrativo y sin excesos de violencia innecesaria
(aunque les cuento que podrían haber explotado mucho más es costado ya que todo
es bastante truculento).
Ed Harris es el Señor Wilford, Chris Evans (Capitán América)
y Jammie Bell (Billy Elliott) serán los jóvenes líderes de la revolución, John
Hurt el veterano líder de la juventud (que después conoceremos que era socio
del Señor Wilford) y la multipremiada Tilda Swinton como la ministra (una gran
máscara de lo absurdo del poder sin límites) son el grupo central protagónico.
Deja pensando esta película, como metáfora de la vida, como
destino posible, como destino no querido, como cauce de los acontecimientos que
vivimos a diario y que si bien tememos que pueden derivar en cosas malas no
alcanzamos a tomar debida nota como para frenar a tiempo, entre otras cosas que
nos plantea.
Buena ciencia ficción, bien armada, bien actuada, bien
contada por un director coreano, con mucha producción y efectos especiales,
para pasar un buen rato de pura ficción.
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