Calvary
Calvario
Si comienzo diciendo que es una película extraña no sería
original. Pero de alguna manera es una buena manera de describir esa sensación
de incomodidad que me produjo verla.
La película amenaza todo el tiempo con zafarse, porque está
relatada en un delicadísimo pasillo en el que de un lado está la comedia más
mordaz de que es capaz el mundo británico y del otro un drama que nunca sabemos
hasta dónde nos puede llevar.
Y en esa tensión se mueven los personajes, que de tan
caricaturescos, quizá no nos terminemos de creer nunca.
La historia arranca con un comienzo potente, un cura (enorme
Brendan Gleeson) de una pequeña comunidad costera de Irlanda, escucha en
confesión a un rostro que no ve, pero que le dice un día domingo que en una
semana exacta lo va a asesinar. Que tiene una semana para poner sus cosas en
orden.
Y allí empieza todo.
La verdad es que hay que trabajar mucho para arrancar así y
no defraudar, ya que todo lo que pase después de un comienzo semejante es de vital
importancia.
Los títulos de los días que se van sucediendo nos dan el
conteo de lo que falta para que se produzca el asesinato, y en medio de ese
devenir de la semana, un coro de personajes del pueblo que, de tan marcado y
sostenido carácter, se hace por momentos inverosímil.
Aunque está bien sostenido en sólidas actuaciones (el elenco
es muy bueno) hay una tensión narrativa que es incómoda y no siempre se
sostiene.
Todos tendrán una razón para deshacerse de ese que les
recuerda a todos lo pecadores que son, en un lugar chico, en el que todas las
historias se conocen, quizá sea la que menos conocemos la que al final termine
con la vida del sacerdote.
Y será así nomás, la historia que menos nos esperamos, ya
que no hay pistas en la presentación de los personajes, es la que determina al
asesino.
Este detalle no hace menos buena la película, ya que hubiera
estado bueno que además el director nos hubiese permitido jugar con ese
detective que todos llevamos adentro, pero no lo hace, quizá de manera deliberada.
Son todos personajes extremos, caricaturas, la del rico
triste, la del enfermero sádico, la de la señora con amantes, el viejo al borde
de la muerte, todos muy bien compuestos y creíbles.
Puede bien ser una perfecta obra de teatro, y tiene de
interesante que llevada al cine, aprovecha los bellos paisajes de Irlanda.
Es buena, quizá no tan buena como el estreno prometía, pero
es interesante para ver.
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