Hand of God
Hand of God
Producción original de Amazon, Ron Perlman en la piel de un juez todopoderoso que ante la pérdida de su hijo en circunstancias misteriosas, comienza a recibir mensajes divinos y convierte esa mística en investigación de un crimen.
6 Butacas
No es nada condescendiente esta serie original de Amazon, disponible para los usuarios Prime en el País. Ron Perlman, ese rostro tan conocido y temido de la pantalla, que ya había sido el gran protagonista de Sons of Anarchy, vuelve y produce esta serie de dos temporadas en la que se mezclarán cuestiones policiales y divinas. Locura y misticismo.
Ni bien arranca la serie vemos a Perlman, en la piel del Juez Pernell Harris, desnudo en una fuente pública, diciendo un sermón en una lengua antigua.
A los pocos minutos se nos presenta como un juez, millonario, heredero de la familia que fundó la ciudad de San Vicente, en California.
Pero ese arranque místico tiene su raíz y su razón de ser en la tragedia que vive su familia, su único hijo se acaba de suicidar, luego de estar involucrado en un episodio durísimo que incluyó la violación de su esposa, con el de testigo.
Semejante dureza es el comienzo de una historia que va a cruzar todo el tiempo entre lo místico, apariciones, visiones y hechos inexplicables, y lo terrenal, la investigación de un hecho delictivo grave, en el que poco a poco iremos descubriendo que hay demasiada gente cerca del juez que tiene cosas que ocultar.
Bien narrada, con algunos altibajos en términos de secuencia de hechos, pero con imágenes y calidad impecables, es una buena historia de investigación de un crimen, pero con toques distintos, con algo sobrenatural en el relato y buenas actuaciones, lo que la hace más atractiva.
Perlman es un rostro duro, que encaja bien en todo el rango de personajes que encara, porque los desborda.
El resto del elenco, menos conocido, encaja bien, sobre todo el rol del alcalde, un ambicioso político de color, criado junto al juez, y capaz de las peores cosas.
En las dos temporadas se resolverá el crimen central y los aledaños, veremos de manera natural y no forzada quién está detrás de todo y cómo se irán acomodando las historias para que tengan un final que, como no puede ser de otra manera, no será feliz, ya que los acuerdos a los que llegarán para que todo se vuelva a encausar en el normal desarrollo de la vida de San Vicente, incluirán que algún inocente pague con su vida.
Producción original de Amazon, Ron Perlman en la piel de un juez todopoderoso que ante la pérdida de su hijo en circunstancias misteriosas, comienza a recibir mensajes divinos y convierte esa mística en investigación de un crimen.
6 Butacas
No es nada condescendiente esta serie original de Amazon, disponible para los usuarios Prime en el País. Ron Perlman, ese rostro tan conocido y temido de la pantalla, que ya había sido el gran protagonista de Sons of Anarchy, vuelve y produce esta serie de dos temporadas en la que se mezclarán cuestiones policiales y divinas. Locura y misticismo.
Ni bien arranca la serie vemos a Perlman, en la piel del Juez Pernell Harris, desnudo en una fuente pública, diciendo un sermón en una lengua antigua.
A los pocos minutos se nos presenta como un juez, millonario, heredero de la familia que fundó la ciudad de San Vicente, en California.
Pero ese arranque místico tiene su raíz y su razón de ser en la tragedia que vive su familia, su único hijo se acaba de suicidar, luego de estar involucrado en un episodio durísimo que incluyó la violación de su esposa, con el de testigo.
Semejante dureza es el comienzo de una historia que va a cruzar todo el tiempo entre lo místico, apariciones, visiones y hechos inexplicables, y lo terrenal, la investigación de un hecho delictivo grave, en el que poco a poco iremos descubriendo que hay demasiada gente cerca del juez que tiene cosas que ocultar.
Bien narrada, con algunos altibajos en términos de secuencia de hechos, pero con imágenes y calidad impecables, es una buena historia de investigación de un crimen, pero con toques distintos, con algo sobrenatural en el relato y buenas actuaciones, lo que la hace más atractiva.
Perlman es un rostro duro, que encaja bien en todo el rango de personajes que encara, porque los desborda.
El resto del elenco, menos conocido, encaja bien, sobre todo el rol del alcalde, un ambicioso político de color, criado junto al juez, y capaz de las peores cosas.
En las dos temporadas se resolverá el crimen central y los aledaños, veremos de manera natural y no forzada quién está detrás de todo y cómo se irán acomodando las historias para que tengan un final que, como no puede ser de otra manera, no será feliz, ya que los acuerdos a los que llegarán para que todo se vuelva a encausar en el normal desarrollo de la vida de San Vicente, incluirán que algún inocente pague con su vida.
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