Collateral

Collateral

Una mirada no complaciente sobre la cuestión de la inmigración y los negocios y sentimientos que despierta en una Londres en pleno proceso de Brexit.


5 Butacas




Muy actual, muy poco complaciente, muy inglesa, es esta miniserie de gran factura técnica (cuándo no?) que nos ofrece la televisión británica en Netflix.

La muerte en apariencia casual de un repartidor de pizzas iraquí, en un barrio de Londres, da comienzo a una investigación en la que, a poco de comenzar, ya supondremos que escalará hasta los más altos niveles de la política.

David Hare, a quién bien conocemos de "Las horas" o "El lector" en sus versiones para el cine, es el creador de la trama, y la sutil Carey Mullingan, una belleza de sonrisa perfecta e ironía desbordante, es la detective a cargo de la investigación.

Son cuatro capítulos bien hilvanados, bien contados, con una sobreabundacia de efectos de cámara, con buena banda de sonido y acción medida.

El problema es que hay mucho para contar y Hare no oculta sus ganas de hacerlo, acerca del fastidio que le da a la política la inmigración de ciertos lugares hacia Londres, y el negocio oscuro con ese mecanismo, en el que aparecen involucrados los servicios secretos y muchos políticos.

Una muerte que parece casual, una testigo involuntaria, y una trama que a partir de ese hecho, desata una tormenta en la que se cruzan negocios, el ejército, la política, y la vida cotidiana.

Tiene algunas fisuras en el guión, y el hecho policial no ofrece mayores desafíos, por lo cual el foco tiene que ponerse en otras tensiones, como el drama cotidiano de los migrantes, o la hipocresía de la política, pero nos queda tan lejos, que se nos van las ganas de hacerlo.

La redime la factura, tan propia de la calidad inglesa, y la sonrisa de Mulligan.

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