Seven Seconds

Seven Seconds

La calma tensa, rota por un caso policial con raíz racial, lo que todavía no sana y la dificultad de hacerle frente a un sistema pro blancos en esta extraña serie.


5 Butacas


Los antecedentes son buenos, nada menos que Veena Sud, la adaptadora y productora de The Killing para la televisión norteamericana, un hallazgo de tensión narrativa, personajes fuertes y guión no complaciente.

Los protagonistas no vienen precedidos de conocimiento masivo, así que se puede jugar con ellos a los límites de la interpretación, sin exponerlos en una historia complicada.

Un accidente protagonizado por un policía blanco, en medio de un parque nevado de Jersey City, frente a la estatua de la libertad, un intento por ocultar lo que pasó por parte de su jefe y sus dos compañeros, también todos blancos y "amos de la calle" en la sórdida margen no visitada del río Hudson.

El atropellado, un adolescente negro, sobrevive unos días, con lo que se desata un caso que irá, poco a poco, convirtiéndose en una cuestión de la comunidad.

Los límites a la violencia policial, los casos que se emparentan con este y terminaron en revueltas callejeras, los mecanismos de defensa de una policía muy gobernada por blancos, y habitada por agentes con poca preparación y muy básicos en cuanto a sus motivaciones y cultura.

A partir de esos hechos se irán tejiendo historias paralelas, poderosas, la de la fiscal adjunta y sus problemas con el alcohol y sus relaciones (de color ella también) la de los policías que se protegen (personajes muy básicos y detestables desde el comienzo) la del atribulado agente que protagonizó el accidente y sus demonios, y el derrumbe de la familia del muchacho muerto, todo un centro de tensión dramática en el desarrollo de la serie.

Seven seconds es sobria, está bien contada, quizá hay algo en algunos de los protagonistas que no terminará de gustarnos, algunos mohínes y sobreactuaciones, algunas cosas no creíbles en ellos, pero en líneas generales está bien.

Pone mucho énfasis en los anticuerpos que el sistema genera como protección, esa máxima de "no condena a policías" y la cuestión racial que todo lo contamina.

No es una serie amable, todo lo contrario, es una serie planteada desde el vamos como cruel y perversa.

No será nada contemplativa con el espectador, ni lo hará sentir cómodo, será brutal por momentos, y nos presentará el hecho de que, aún en la peligrosa falta de escrúpulos y formación muy básica de los protagonistas, a pesar de sus desvíos y malos hábitos, el sistema está hecho para que rara vez paguen por sus excesos.

El mecanismo de las negociaciones entres abogados para negociar penas, los resortes para impedir que lleguen a juicio algunos casos, la presión de la opinión pública y lo determinante que puede ser en esos casos límite, todo estará contado sin tapujos y de manera despiadada.

Un final tan destemplado como la historia, inesperado y desolador, son el resumen de un tema que sigue lastimando a la sociedad norteamericana, a pesar de haber tenido un exitoso presidente de color y de las proclamas.

No es entretenida, pero no se puede ser indiferente.

Comentarios

Entradas populares