Coco
Coco
A veces el cine es esa magia que nos deja sin aliento, lagrimeando en las sombras o riendo con ganas. Coco es una de esas extrañas ocasiones en las que el cine pasa de la pantalla
10 Butacas
El estudio Pixar, desde hace unos años propiedad de Disney, ha venido a reencontrarnos con la felicidad de las películas animadas, para los que tenemos algunos años, y les ha abierto un mundo conceptual a los niños de estos días.
Con ficciones de varias lecturas, que pueden ser vistas a lo largo de toda la vida, como sucede, para que siempre encontremos una lectura nueva.
Situaciones comunes de seres extraordinarios, ficciones monumentales con olor doméstico, historias de sentimientos puros, de ojos llorosos y de valores básicos, lo que las hace universales.
Como hace pié en la tradición mexicana del día de los muertos, y si bien es cierto que nos faltan datos para entender la profundidad del fenómeno, la historia está trabajada de manera tal de hacerla universal.
Una familia que de generación en generación ha sido adversa cualquier acercamiento a la música, producto de una ausencia tres generaciones atrás, como a veces pasa en las familias numerosas, sobre todo las italianas, separadas o distanciadas por cuestiones que pasaron muchos años atrás pero que se mantienen vivas en el recuerdo de cada uno de los mayores.
Los padres de la bisabuela Coco eran una pareja poderosa, musical, exitosa. El ausente de la foto familiar, el innombrable, se fue tras su éxito y dejó sola a mamá Imelda, para seguir su éxito musical, dejando de lado a la familia. Como consecuencia de eso, nunca más entró la música a la familia.
Así el secreto, se fue pasando de una generación a otra, bajo la mirada guardiana de los mayores. No más músicos, ahora serán zapateros, y ese es el oficio que aprenderán y deberán seguir todos los miembros de la familia.
Peor el niño Miguel no está dispuesto, lleva la música en la sangre y en secreto tendrá su guitarra y su altar musical, místico y ritual.
A partir de este disparador, la tradición más compleja y ancestral de los mexicanos, la celebración del día de todos los muertos, noche en la cual, los muertos que son recordados vienen caminando por un puente imaginario a reunirse con sus familias que quedan en este mundo, en una comunión amorosa y cultural.
Esa es la trama central, Miguel irá descubriendo la verdad detrás de las anécdotas, y por un hechizo será capaz de ir hasta el corazón mismo de los acontecimientos que produjeron el alejamiento familiar de la música,a partir de encontrar a los protagonistas.
Poderosa, sensible, es una historia sin fisuras, que ahonda en una tradición de un pueblo, pero que contiene todos los elementos para ser universal.
En definitiva, los mandatos familiares, las pasiones, las historias de los antepasados, son cuestiones de todos los pueblos.
Coco es una sorpresa para todas las edades, que podrán entender a su paso cada cosa, porque así son las animaciones, nos permiten esa magia de la perdurabilidad.
Coco emociona, a veces hasta las lágrimas, pero a la vez hace pensar y divierte.
A veces el cine es esa magia que nos deja sin aliento, lagrimeando en las sombras o riendo con ganas. Coco es una de esas extrañas ocasiones en las que el cine pasa de la pantalla
10 Butacas
El estudio Pixar, desde hace unos años propiedad de Disney, ha venido a reencontrarnos con la felicidad de las películas animadas, para los que tenemos algunos años, y les ha abierto un mundo conceptual a los niños de estos días.
Con ficciones de varias lecturas, que pueden ser vistas a lo largo de toda la vida, como sucede, para que siempre encontremos una lectura nueva.
Situaciones comunes de seres extraordinarios, ficciones monumentales con olor doméstico, historias de sentimientos puros, de ojos llorosos y de valores básicos, lo que las hace universales.
Como hace pié en la tradición mexicana del día de los muertos, y si bien es cierto que nos faltan datos para entender la profundidad del fenómeno, la historia está trabajada de manera tal de hacerla universal.
Una familia que de generación en generación ha sido adversa cualquier acercamiento a la música, producto de una ausencia tres generaciones atrás, como a veces pasa en las familias numerosas, sobre todo las italianas, separadas o distanciadas por cuestiones que pasaron muchos años atrás pero que se mantienen vivas en el recuerdo de cada uno de los mayores.
Los padres de la bisabuela Coco eran una pareja poderosa, musical, exitosa. El ausente de la foto familiar, el innombrable, se fue tras su éxito y dejó sola a mamá Imelda, para seguir su éxito musical, dejando de lado a la familia. Como consecuencia de eso, nunca más entró la música a la familia.
Así el secreto, se fue pasando de una generación a otra, bajo la mirada guardiana de los mayores. No más músicos, ahora serán zapateros, y ese es el oficio que aprenderán y deberán seguir todos los miembros de la familia.
Peor el niño Miguel no está dispuesto, lleva la música en la sangre y en secreto tendrá su guitarra y su altar musical, místico y ritual.
A partir de este disparador, la tradición más compleja y ancestral de los mexicanos, la celebración del día de todos los muertos, noche en la cual, los muertos que son recordados vienen caminando por un puente imaginario a reunirse con sus familias que quedan en este mundo, en una comunión amorosa y cultural.
Esa es la trama central, Miguel irá descubriendo la verdad detrás de las anécdotas, y por un hechizo será capaz de ir hasta el corazón mismo de los acontecimientos que produjeron el alejamiento familiar de la música,a partir de encontrar a los protagonistas.
Poderosa, sensible, es una historia sin fisuras, que ahonda en una tradición de un pueblo, pero que contiene todos los elementos para ser universal.
En definitiva, los mandatos familiares, las pasiones, las historias de los antepasados, son cuestiones de todos los pueblos.
Coco es una sorpresa para todas las edades, que podrán entender a su paso cada cosa, porque así son las animaciones, nos permiten esa magia de la perdurabilidad.
Coco emociona, a veces hasta las lágrimas, pero a la vez hace pensar y divierte.
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