High life

High life

Claire Denis ya había sorprendido con su estilo inclasificable y sus osadías narrativas. Cada opus suyo tiene un piso de aceptación, una vez que el espectador reconoce su melodía y su estilo. Pero en esta, nos pide mucho.


3 Butacas



Porque si bien el disparador de trama es muy interesante, una estación flotando en el espacio infinito con un grupo de astronautas que no lo son, que solo están ahí como un experimento de supervivencia, como conejitos de india.

Tampoco son inocentes, son todos presidiarios, algunos complicados, que tendrán que convivir con unas pautas y reglas mínimas, y mucho de esfuerzo.

En medio de esa convivencia, ya difícil de por sí, otro sustrato experimental, la reproducción humana en esas condiciones, de la mano de una perversísima científica.

Mucho para procesar.

Con muy poco diálogo, poca música incidental, y escenas que duran (planos y movimientos) mucho más de lo soportable.

Es una película difícil, en la que tenemos que acostumbrarnos a silencios y espacios en los que no pasa nada, para que algo nos sorprenda en una fracción de segundos.

Dos cosas salvan de alguna manera el intento. Y son dos actuaciones, la de Robert Pattinson, en la piel del convicto que se convertirá en padre en el espacio y entrega en esas escenas con su bebé de lo mejor de la película, y la malvada  Juliette Binoche, en una interpretación muy por encima de sus roles románticos tradicionales.

En fin, es cierto que las muchas veces, esos trabajos que preceden a un director son centrales a la hora de prepararnos para ver una película, pero no es menos cierto que cuando le pedimos tanto a un espectador, no todos están en condiciones (y con ganas) de seguir ese pacto.


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