La víctima número 8

La víctima número 8

De la buena cantera de producción española, una historia policial y compleja, que aborda los miedos en las ciudades grandes, los fantasmas del terrorismo y una historia familiar compleja.

6 Butacas



La acción es en Bilbao, y en el comienzo nos presentan a la pareja que forman Edurne y Omar. Felices, con planes, enamorados. Ella enfermera, él operario en una fábrica. Ella muy vasca y él, un musulmán establecido.

Después habrá un atentado en plena ciudad, como los de NY o Barcelona, una camioneta emprende a toda velocidad en una calle llena de gente y atropella hasta parar. 

Mata a 7 y deja malherido a un octavo ciudadano.

Si bien la historia se centrará en este último, que muere enseguida, la serie se pierde la oportunidad de contar un poco de la vida de los otros 7, algo que hubiera incrementado el dramatismo y el desarrollo.

Sin embargo se queda con este último, que es el heredero y principal ejecutivo de una empresa familiar muy grande y poderosa.

Una serie de pruebas y testimonios ubican a Omar en la escena, como el chofer solitario de la camioneta asesina.

A partir de ese momento se desata una cacería para encontrarlo, para que acepte su culpabilidad y confiese. Pero resulta que Omar sostienen que no lo hizo, que no es el culpable aunque haya una buena cantidad de pruebas que así lo indican.

Edurne, sus padres, sus amigos, serán los únicos que sostienen esa teoría y lo harán a costa de un sacrificio enorme, personal y familiar.

Una investigadora será el eje central de los trabajos para esclarecer el hecho, está embarazada (será una sorpresa cuando se revele quién es el padre) y será de alguna manera desplazada cuando un equipo de la Central de Inteligencia se meta en el caso.

La narrativa es muy interesante, y los temas que aborda y cómo lo hace son muy verosímiles.

Cuál es el problema? Las actuaciones, que no siempre están a la altura, por obvias en muchos casos y exigidas en otros, y la trama central, el nudo de la planificación del atentado, que si bien es cierto que es creíble, requiere de muchas cosas que funcionen bien para poder llevarse a cabo.

De todas maneras es una serie entretenida, que cruza política, el escenario del terrorismo en Europa, cuestiones de la propia ciudad cruzada por fantasmas de violencia propios (de ETA) y un entramado familiar complejo pero efectivo.

Un buen entretenimiento con algunas sorpresas interesantes

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