A brighter tomorrow

Nanni Moretti, a quién adoramos, está caliente. Caliente con Netflix, con una industria que ama y a la que enriqueció con películas bellísimas pero que entiende está cada vez más chata, más berreta, más pendiente de un algoritmo, y también parece estar caliente con ciertos miembros de su mundo que entraron en esa misma decadencia.


6 Butacas



Y elige contar esta historia, que tiene al menos tres momentos, un salto en la historia, para expresarnos esa calentura.

La excusa es contar una historia simple pero muy significativa, un diario italiano, el partido comunista italiano (que llegó a ser el más importante de Europa) y un dilema histórico, y un circo polaco que llega al pueblo.

Tenemos entonces la película que está filmando con esta narrativa, la que va a filmar y su vida personal como los tres planos muy bien demarcados de la historia.

En medio de sus representaciones la Unión Soviética toma el control de Varsovia porque sus gobernantes desafían al régimen, qué deben hacer como comunistas en italia? Seguir apoyando al régimen? O revelarse?

Esa es la excusa. Y el planteo que va a recorrer toda la historia.

Moretti se mete en la piel de Giovanni, una especie de alter ego, un director que está cansado de lo que lo rodea, que no soporta la mediocridad y el devenir de una industria que ya no busca calidad, sino que busca satisfacer a los algoritmos.

Hay amargura en esta película, desesperanza, una especie de Woody Allen italiano que ya no cree en nada.

Hay una velada crítica al momento político italiano (Meloni) y la caída de algunas tradiciones y temáticas que abordaba su cine de manera única.

Y la dificultad para conseguir financiamiento que lo deje trabajar (Allen de nuevo) cuando fracasa el productor francés y consigue después de parar el rodaje, que entren productores koreanos.

Hay que decir, a modo de aclaración, que para aquellos que amaron "Caro diario" esta película no se le parece casi en nada, aunque tiene algo de su alma.

Y hay mucha nostalgia, que Moretti aborda tan pero tan bien, en su manera de hablar cansina, en sus encuadres clásicos, en sus reflexiones. Y también es una película romántica, en varios aspectos.


Es una película muy para fanáticos, tiene momentos de delirio y momentos de gran cine, pero no es lineal ni nos ofrece una historia que nos atraiga demasiado.

Todo es alegoría, es fantasía del director, es cine a la vieja usanza y es mucho mensaje que hay que trabajar para decodificar.

Se presentó en Cannes, en Buenos Aires tiene muchos seguidores o fanáticos así que se apreciará.


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