Felices los 6

Esta comedia argentina tiene todos los ingredientes para impactar en un público muy de nicho, tecnológico, joven, que vive su sexualidad sin cánones ni etiquetas, pero en el fondo subyacen algunos frenos o planteos del mundo más tradicional.


6 Butacas



Es medio polémico creo, el planteo de la serie, porque si bien nos retrata un mundo de relaciones particularmente abiertas en lo sexual, parecería que el enamorarse pone una especie de filtro a esos vínculos.

Carolina es el personaje de Delfina Chaves y conoce en un casamiento de amigos en común a Damián, personaje de Nicolás Furtado. Ambos están muy bien y cómodos en la comedia, les sale bien.

Se conocen, se gustan, Damián se da manija y se enamora (muy de pibe de barrio que ve en Carolina a una belleza que le da bolilla) y a poco de recorrer unos días, él en un idilio y ella en su mundo, se abre una ventana inesperada para Damián (y para la relación) Carolina vive en un mundo de poliamor, de relaciones múltiples, y lo hace de la manera más explícita posible, conviviendo con dos mujeres y dos hombres en una casona conurbana.

La serie, de 8 capítulos cortos, entonces, va a explorar de manera a veces divertida y a veces más profunda, cómo vivir en ese universo de relaciones cuando uno de los recién llegados es "un pibe de barrio" como se define el personaje de Damián.

La serie tiene dos puntos muy muy altos, el guión y las actuaciones. Todos están muy bien, los amigos de Damián (dinosaurios machistas en términos de comentarios de vestuario del fútbol 5) y el universo de Carolina, que incluye a dos actrices muy interesantes, Malena Sánchez y Paly Duval.

En roles más secundarios pero muy bien construidos también están Luciano Mellera y Mónica Antonópulos.

Esos puntos son muy altos, las situaciones que se van construyendo también están muy bien, es muy inteligente el planteo y la manera de resolver los conflictos.

El punto no tan bueno, al menos para los espectadores más tradicionales o mayores quizá, es que se abusa de las escenas de sexo grupal, se hace una especie de culto que es cierto, sirven para entender qué significa vivir en esa filosofía de manera explícita, pero que de alguna manera al ser tan repetitivo quizá distraiga o no contribuya tanto al desarrollo de la historia.

Es interesante que ambos, de alguna manera, en algún momento de la historia ponen en colisión sus creencias y convicciones. Damián que busca al amor de su vida, madre de sus hijos y descubre en Carolina a una persona que no tiene ese plan ni por asomo, y que en cambio disfruta de relaciones poliamorosas (las descripciones en tono de comedia son bastante delirantes) y ella, Carolina, que se descubre celosa (un sentimiento que le da bronca indudablemente) cuando lo convence a Damián que comience a usar aplicaciones de citas y le va bárbaro con esas relaciones casuales.

Ambos se enfrentan a miedos, prejuicios, choque de convicciones y momentos de arriesgarse.

Es entretenida, es inteligente, es ágil, pero está pensada y resuelta para el disfrute de una generación que comprende muy bien el juego, y que de alguna manera deja afuera a muchos. 

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