The Butler

The Butler



Es una película de Lee Daniels, un esmerado director, escritor y productor muy de moda desde que soñó Preciosa, la multipremiada película del año 2009.
La temática de “El mayordomo de la Casa Blanca” como la conocimos en Buenos Aires, es la temática de la lucha de la comunidad negra norteamericana por sus derechos a través de las décadas. Pero contada en versión edulcorada.
A la película, si bien el argumento es bien interesante, le sobran el comienzo y varios de sus golpes de efecto.
Amplío. ¿Tiene sentido para ilustrar la infancia desdichada del personaje central, mostrar cómo asesinan al padre en un campo de algodón?  Si es que en verdad sucedió, no hay nada que nos indique que es lo que en verdad le haya sucedido al padre de Cecil Gaines, el mayordomo real sobre cuya vida se hizo este film.
Quiero decir, es suficientemente potente un argumento que nos muestra un ciclo histórico a partir de los detalles de la vida de un hombre, y sobre todo, si ese hombre se convierte nada menos que en un mayordomo de la intimidad de los presidentes de Estados Unidos durante 37 años! ¿Para qué revolver en esas escenas que nos predisponen tan mal con todo el relato?
Hay cosas destacables sin embargo. Las dos buenas actuaciones de Forest Whitaker y Ophra Winfrey, componiendo al mayordomo Cecil y a su esposa. Hay una ambientación excelente y una banda de sonido que acompaña muy bien y crea buenos climas.
También están muy bien los presidentes que aparecen, encomendados como cameos a grandes nombres de la pantalla americana, como el Nixon que compone John Cusack o el Einsehower que compone Robin Williams.
Y definitivamente son buenos hallazgos los compañeros de trabajo en la Casa Blanca, encabezados por Cuba Gooding (cuándo encauzará su carrera?) y Lenny Kravitz!!
Con estos mismos elementos y algunas pocas correcciones, estaríamos hablando de una película memorable, pero la introducción innecesaria y algunos toques de melodrama explícito en los que cae el director, con referencias de patriotismo innecesarias y sensiblerías, hacen que se desvíe una buena historia, a un panfleto por la reivindicación de los derechos de los afroamericanos, pero desde los cánones de la sociedad WASP. Así de confuso.


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