Happy Valley (BBC Serie)

Happy Valley (Serie BBC)


Incómoda, desapacible, gris, buen exponente de la buena narrativa británica.





                                                          7 Butacas

Happy Valley jamás hace honor a su título, no habrá tragua en esos días grises, no habrá casi risa ni respiro para nadie.
Es una comunidad pequeña, en la que hay un alto conocimiento mutuo, pero que está inundada de los males de las grandes ciudades, las miserias y los óxidos que corroen todos los engranajes de ese mecanismo que alguna vez, seguro, funcionó como comunidad.

En ese valle hermoso (pero quedado en el tiempo) que alguna vez fue seguramente próspero en chimeneas y que ahora es rural, Yorkshire Valley, una comunidad tiene una sargento que la cuida y que hace demasiado bien su trabajo. Catherine Cawood es la policía, magníficamente interpretada por Sarah Lancashire, en el mejor registro de la tradición actoral británica.

Una vida marcada por una tragedia personal, que iremos desentrañando a lo largo de los 6 capítulos que conforman la primera temporada, y un personaje de ese pasado que vuelve a torturar sus días y hacer que todas las heridas vuelvan a abrirse.

En medio de ese dolor, un caso aparentemente inconexo, un contador pusilánime que cree que tiene derechos para con su jefe, y que, en un arranque de locura (esos momentos sublimes en los que los más débiles hacen cosas inesperadas) organiza a un grupo de malvivientes para realizar un secuestro.

Es tan potente la narración, que podemos prescindir del misterio.

Porque está todo a la vista, los datos, las imágenes, las pistas. Quiero decir, no estamos ante un misterio de difícil resolución, que tiene que apelar a nuestro mejor entender los trucos de las narraciones del género. Estamos ante un desgarrador relato en el que la protagonista se irá desmoronando a pura fuerza de recuerdos, de cosas no cerradas, de intriga y desesperación.

Mientras todo esto se sucede de manera frenética, sin dar tregua, se va desarrollando una investigación de un secuestro que tiene también derivaciones insospechadas.

La clave es la manera cruda y despiadada de los británicos para desarrollar estas historias.

El clima incómodo, los cielos grises, las vidas rurales, apartadas de toda sofisticación, las camperonas para cubrirse del frío, los amoríos, la moral.

Es una buena serie.

Corta, contundente, entretenida.

Nada condescendiente con el espectador, y eso nos gusta.

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