El ecualizador 2
El Ecualizador 2
El hombre bueno que todo lo puede, el protector anónimo, esta vez amenazado, lo logra todo
5 Butacas
Antoine Fuqua es un director muy completo, un artesano de las películas de acción que sabe cómo mezclar los ingredientes que hacen que estas películas sean algo más que tiros y peleas increíbles.
Y entre sus fetiches está trabajar con el bueno de Denzel Washington, para el que ningún rol es menor.
El personaje, que ya había interpretado la primera entrega, un ex agente de elite de un brazo muy complicado de la CIA, que después de la muerte de su esposa se recluye en un pequeño departamento y esconde su pasado de manera militante.
En esta segunda entrega trabajará de remisero, y esa será la conexión con el mundo real, escuchará historias, será testigo de otras, y se las arreglará para ponerse al servicio de los más débiles siempre, tratando de corregir lo que está mal en el mundo.
Washington le agrega a este personaje una calma y una explosión que lo hacen salir de la pantalla. Eso le agrega a esta historia que el actor elegido sea un coloso.
Esos momentos de calma anónima son tan importantes en la creación de climas, como los momentos de explosión coreográfica de violencia (muy bien filmada) en la cual tambien se luce el moreno.
La trama es bien simple, esa vida de monotonías se vuelve a ver alterada por un episodio y la muerte de una amiga (de la agencia que aparece también en la primera entrega) y esa sed de venganza es el motor de la nueva resurrección del personaje.
Los malos siempre están bien, en este caso se destaca Pedro Pascal (si, el agent Peña de Narcos) que será un ex miembro del equipo de Denzel que ahora trabaja para el mundo privado (y es el asesino de su amiga Melissa Leo).
Esta nueva entrega (creo que habrá otras) está hecha a la medida de Washington, cuenta con él, con su estilo, con sus momentos de tranquilidad, su sonrisa y su control absoluto de las situaciones. Podemos adivinar en el, un pasado heroico, pero se encargará de hacerlo parecer nada al lado del compromiso por ayudar desde su moral, a los oprimidos del mundo real, sea una prostituta abusada y descartada por un grupo de millonarios brokers de mesas de dinero o un abuelo intentando recuperar una pintura extraviada en su infancia judía.
A todos los ayudará y con todos será una ángel de la guarda.
Son entretenidas.
El hombre bueno que todo lo puede, el protector anónimo, esta vez amenazado, lo logra todo
5 Butacas
Antoine Fuqua es un director muy completo, un artesano de las películas de acción que sabe cómo mezclar los ingredientes que hacen que estas películas sean algo más que tiros y peleas increíbles.
Y entre sus fetiches está trabajar con el bueno de Denzel Washington, para el que ningún rol es menor.
El personaje, que ya había interpretado la primera entrega, un ex agente de elite de un brazo muy complicado de la CIA, que después de la muerte de su esposa se recluye en un pequeño departamento y esconde su pasado de manera militante.
En esta segunda entrega trabajará de remisero, y esa será la conexión con el mundo real, escuchará historias, será testigo de otras, y se las arreglará para ponerse al servicio de los más débiles siempre, tratando de corregir lo que está mal en el mundo.
Washington le agrega a este personaje una calma y una explosión que lo hacen salir de la pantalla. Eso le agrega a esta historia que el actor elegido sea un coloso.
Esos momentos de calma anónima son tan importantes en la creación de climas, como los momentos de explosión coreográfica de violencia (muy bien filmada) en la cual tambien se luce el moreno.
La trama es bien simple, esa vida de monotonías se vuelve a ver alterada por un episodio y la muerte de una amiga (de la agencia que aparece también en la primera entrega) y esa sed de venganza es el motor de la nueva resurrección del personaje.
Los malos siempre están bien, en este caso se destaca Pedro Pascal (si, el agent Peña de Narcos) que será un ex miembro del equipo de Denzel que ahora trabaja para el mundo privado (y es el asesino de su amiga Melissa Leo).
Esta nueva entrega (creo que habrá otras) está hecha a la medida de Washington, cuenta con él, con su estilo, con sus momentos de tranquilidad, su sonrisa y su control absoluto de las situaciones. Podemos adivinar en el, un pasado heroico, pero se encargará de hacerlo parecer nada al lado del compromiso por ayudar desde su moral, a los oprimidos del mundo real, sea una prostituta abusada y descartada por un grupo de millonarios brokers de mesas de dinero o un abuelo intentando recuperar una pintura extraviada en su infancia judía.
A todos los ayudará y con todos será una ángel de la guarda.
Son entretenidas.
Comentarios
Publicar un comentario