Dos

Dos

Un gran comienzo, un buen clima, pero no hay una buena resolución en esta extraña película española, que ahora que produce tanto y tan bueno, se da el lujo de hacer experimentos.

4 Butacas

Eso es, ni más ni menos, esta extrañeza de la directora catalana Mar Tarragona, un experimento cinematográfico inquietante.

Arranca como tantas veces hemos visto, con una buena idea central, un nudo infalible, en este caso sería algo así como: ¿qué pasaría si un día, dos personas desconocidas (hombre y mujer) amanecieran en una cama juntos?, tan juntos que no puede separarse porque están cosidos! 

Así arranca Dos, son un hombre y una mujer, los dos de una aparente edad similar, que se despiertan acostados en una cama de una habitación que les es extraña, desnudos, y pegados por el abdomen.

Irán construyendo sus últimas horas, que les sirve de poco ya que ninguno recuerda qué es lo que estuvieron haciendo en ese tiempo, ni cómo llegaron a esa habitación que les es absolutamente desconocida.

Con un libro muy bien trabajado, ya que la acción es poca, se irán reconstruyendo esas dos vidas, de dos seres que no tienen nada que ver entre ellos, pero a los que se les revelará algo insospechado.

La directora es la gran protagonista de esta película, porque tiene que necesariamente desplegar un abanico de recursos muy creativos para que no perdamos atención ni foco de esa historia que se va desarrollando a fuerza solo de buenos diálogos, pero sobre todo de recursos cinematográficos para que prescindamos que estamos encerrados en una habitación sin poder salir ni saber cómo llegamos allí.

El problema es de la mitad para adelante, hay que resolver ese enigma tan bien planteado, esa situación anómala, y eso no puede hacerse en el mismo ámbito, es necesario abrir la puerta para que entre otro personaje que destrabe todo, y esa situación viene muy explicada, necesita mucha información que se comparte en poco tiempo (una rareza de la película es que dura solo 70 minutos) y entonces la velocidad del final, y el hecho de abandonar las buenas cosas con las que se construyó la primera parte, hace que todo se precipite sin procesar, con la consecuente pérdida lamentable de interés.

Entonces es un thriller que podría haber sido bien revolucionario, por lo original de la idea central, pero cuya resolución está lejos de la promesa inicial.