Granizo

Granizo

Estamos tan eufóricos porque Netflix produce acá para todo el mundo, ficciones de nuestra cantera, que perdemos de vista quizá que tienen que ser historias atractivas, valiosas.


3 Butacas



Y Granizo no es nada de eso.

Es una historia demasiado sencilla y hasta simplona, que carece de alma, de atractivo, de tensión narrativa y hasta si tengo que ser algo más incisivo, de historia.

Un meteorólogo de Televisión (que son ahora una especie de raza especial, expansivos y personajes más que especialistas) es famoso por su precisión en los adelantos. Un inverosímil y poco desarrollado trauma climático que le deja una especie de deuda con la vida, lo lleva a especializarse en la materia que llena hora de noticieros, y el (personaje de Guillermo Francella) lo hace tan bien, la gente lo quiere tanto, que le dan un programa especial para que solo se hable de eso.

Es exitoso, es famoso, es uno de esos divos de la televisión que vive rodeado de afecto.

Hasta que el día que estrena ese programa que esperó toda la vida, una inesperada tormenta de granizo lo cambia todo, hizo tanto estrago en las vidas y propiedades de los vecinos de la ciudad, que todo se desmorona, y ese cariño se transforma en odio violento.

Se recluirá en casa de su hija en Córdoba (hija a la que no ve, historia dentro de la historia también desarrollada muy superficialmente) hasta que por esa búsqueda de anonimato y de que ya no lo insulten, una noche en un bar se topa con un tipo hosco, de pocas palabras, una especie de ermitaño del bosque, que puede predecir con precisión absoluta (minutos) lo que va a pasar.

No hay más que eso, buscará claro está, redimirse a partir de esos nuevos datos con los que se topa por casualidad.

Eso es la historia, todo contado a mitad de camino y de manera exasperantemente básica y lineal, como si el director se haya propuesto hacer una película didáctica. No hay nada más que entender, es eso, lo que vemos.

La película tiene tres buenas cosas, nada más.

Lo tiene a Pompeyo Audivert, que es un fenómeno, y hace de un vecino cuya sola presencia en pantalla es una belleza.

Tiene el método con el que el campesino solitario puede predecir el clima, poco explicado y desaprovechado pero muy divertido en la idea.

Y el hecho de que sea la primera vez que se hace algo así como "cine catástrofe" en el País. Más o menos porque son solo segundos y que parecerían parte de la comedia.

Guillermo Francella, que es un actor muy completo y que tiene un imán en la pantalla, se queda a mitad de camino de sus dos máscaras. Todos sabemos que es capaz de trabajar el humor con una marca registrada de mohines y falsetes, y sabemos también que es capaz de hacer un personaje de la talla del que hizo en "El secreto de sus ojos", lo que no es para nada saludable, y eso es trabajo del director, es que haga un poco de cada cosa.

Para eso hay que tener un registro especial, como tenía Luis Sandrini, que mi viejo decía que te hacía reír y llorar en la misma escena.

Sin el imán que es un actor de ese tamaño trabajando para la historia con su mejor repertorio, si no hay una historia sólida es muy difícil que podamos seguir con atención el desarrollo.

Sospechamos que no habrá sorpresa, sospechamos todo lo que viene, que se reconciliará con su hija, que habrá alguna lágrima, que se repondrá con la gente, que volverá a ser exitoso y todo lo demás.

Una pena. Una oportunidad perdida, otra, para poner productos en esa góndola mundial imaginaria que es Netflix. Una duda espinosa, en inglés la película tiene un título raro, All Hail, hail es granizo pero también el saludo Nazi, algo que nos quieran decir?

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