The Batman

The Batman

Me cuesta todo este mundo de los multiversos, de las realidades paralelas y en general, las sagas de súperheroes que hoy monopolizan fondos y pantalla, pero hay algo en cada nueva producción de Batman que me resulta cautivante, como una evocación de infancia aunque este encapotado no tenga nada que ver con el de mis tardes de los años '70.

8 Butacas

Pero este Batman es muy distinto a los últimos, incluso a los maravillosos de Christopher Nolan y Christian Bale, este Batman de Matt Reeves (el Planeta de los Simios) y Robert Pattinson es tan humano, que si no fuera por la capa, el batimóvil y el traje, estaríamos hablando de otro género.

Este Bruce Wayne no es ni prolijo ni disfruta de sus millones, no se muestra, no sonríe, casi que no gesticula. Su vida es oscura y casi tan tormentosa como la Ciudad Gótica en la que vive, que parece estar en medio de un espiral para abajo de violencia y degradación.

Su Batman es un cruzado, como siempre, pero además parece ser algo más inteligente que sus primos y menos atlético.

Conocemos la historia, pero la tenemos que desaprender en esta versión. Porque parecería que nos topamos con un encapotado al que los golpes le duelen, que es capaz de conmoverse con un rostro femenino y con la degradación que lo rodea.

El tiempo, la época es indefinida, no hay rastros que nos ubiquen muy adelante en el futuro ni muy atrás por lo que adorna la ciudad, pero la historia parecería una historia de los años 70 u 80, unos crímenes que hay que resolver, una historia que desenmascara poderosos corruptos y un sistema que no funciona, nos lleva a alguna película de Sidney Lummet y eso está muy bien.

El guión es bueno, y sobre todo Pattinson es creíble como un blanquecino y atormentado millonario al que hasta las camisas le quedan mal, arrugadas y poco atractivas.

El otro punto fuerte es la Gatúbela de Zoe Kravitz, que vibra en la misma sintonía de soledad y rareza que Batman y logran una química potente en pantalla.

El elenco es un hallazgo, porque son papeles cortos en algunos casos, pero de una caladura y una composición exquisita. Pasando por el colosal John Turturro como el capomafia Carmine Falcone, el Alfred de And Serkis (a quién conocemos poco pero es el actor que en croma y posproducción le dio vida al simio César de la saga del mismo director) y dos para el final que me desconcertaron, el Pingüino que encarna un Colin Farrell irreconocible (para qué tanto maquillaje no?) que no tiene casi referencias del cómic, podría llamarse de cualquier manera y está bien y el jefe de policía Gordon que, espero que no haya sido por eso, recae en un actor de color, quizá para ser inclusivos (el actor es muy bueno, Jeffrey Wright).

Aunque el más importante de todos, el mejor logrado, es el Acertijo de Paul Dano, un actor con un registro increíblemente versátil y que cuando se para en el límite con la locura logra cosas extraordinarias.

Decimos entonces que hay mucha humanidad en el personaje, la parafernalia es ajustada y por momento nos olvidamos que es un héroe, hasta que hay una persecución en auto por una autopista en contramano, Batman persigue al Pingüino que maneja una Masseratti y Batman un Batimóvil de los mejores que vi en pantalla. La escena de la persecución es una de las mejores del filme.

La lluvia permanente, los neones que no encienden bien, la noche, la poca luz, los sótanos (de los edificios y del poder) son el escenario para este nuevo Batman que no hace concesiones, que nos pone a prueba lo invencible del personaje, que lo deja sufrir como nunca antes lo vimos, y dudar, y besar, y conmoverse.

Una buena película, quizá más en la línea de El Guasón de Phoenix, muy reales, muy transgresores y vulnerables.

Con hermosos momentos cinematográficos, como esa persecución, como los momentos de Turturro en pantalla o los planos y contraplanos de la noche.

Quizá le sobren algunos minutos (dura casi tres horas) no muchos.

Pero es un encapotado nuevo, potente y vulnerable, dentro de una historia de crimen organizado que se irá deshojando de a poco.