División Palermo

División Palermo

El humor argentino, de la tele, de las películas, fue cambiando con los años. pasamos de ese humor de los 60, de La Tuerca, Calabro, Bala, al de Olmedo y toda la lista de temas que hoy estaría prohibido siquiera sugerir, a Cha Cha Cha, y este nuevo humor de hoy, que se atreve a hablar de todo, y lo hace con inteligencia.

9 Butacas

Venimos viendo al creador y showrunner de esta buena serie, Santiago Korovsky, en muchas películas y series, componiendo a ese personaje muchas veces con aire distraído, torpe, amable, buen amigo, perdedor, que podemos identificar sin problemas y nos cae bien.

Pero en División Palermo se anima a escribir y a dirigir, y lo hace con la solvencia y el paso firme del tipo que maneja ese código como pocos, que ha transitado por todos los caminos de la comedia y que tiene seguro historias para contarnos, que fue acumulando y trabajando tantos años desde los roles secundarios.

División Palermo es un escuadrón especial de la Policía Metropolitana, una especie de guardia urbana destinada a trabajar temas menores, antes que se hagan mas complicados y necesiten de la intervención policial. Tránsito, problemas entre vecinos, las plazas, los festivales, las fiestas electrónicas.

Para cumplir con un capricho de la ministra de seguridad (quizá levemente inspirada en una ministra fuerte que conocemos) ese escuadrón se nutre de minorías, quieren que den bien en la foto, hacen de esa movida una puesta en escena del marketing electoral y del ministerio, para mostrarse inclusivos y abiertos de mente.

Entonces la historia comienza a ser inquietante y divertida (uso inquietante porque desde el primer momento vamos a transitar incomodos por los caminos de la vergüenza ajena) porque vamos a ver como se reclutan personas solo por llenar los casilleros (un enano, una persona trans, una en silla de ruedas, un gordo, un judío) formado un escuadrón de personajes interesantísimos, perfectamente equilibrados y trabajados con astucia en un guion que mezcla gags muy efectivos y mucha inteligencia en los diálogos.

Por supuesto que se meterán en temas que van mucho más allá de sus funciones, que de casualidad estarán en medio de una operación muy compleja de trafico de drogas y que los peligros (un dato interesante es que el autor decide que esos momentos de violencia sean reales, no de comedia) en los que se irán metiendo generaran nuevas escenas de comedia y de tensión.

Korovsky ademas protagoniza, componiendo a ese flaco usualmente perdedor que suele componer, con esa maravillosa aptitud para reírse se si mismo tan propia del humor judio, y esta secundado por un elenco increíble, que en líneas generales cumple con creces los desafíos de sus roles, como es el caso de Pilar Gamboa (siempre bien en lo que encara), el descubrimiento para las mayorías de Martin Garabal o el jefe de escuadrón que compone Daniel Hendler, ademas de Marcelo Subiotto, Carlos Belloso (siniestro como siempre) y Alan Sabbagh y Mike Amigorena.

Un placer verlos a todos trabajando con un guion inteligente, que nos pone situaciones limites, gags, y por detrás una historia policial creíble y compleja, que requiere de interpretaciones muy ajustadas para no caer en estereotipos que desdibujarían la historia.

Quizá en la línea de Porno y Helado que vimos hace unos meses, pero mucho mas interesante desde el guion y las interpretaciones, pero plantada en ese nuevo modelo de ficción de comedia, cada vez mas elaborado, cada vez mas exigente desde lo actoral, que mezcla buenas actuaciones (desafiantes para los actores que no vienen necesariamente de la comedia pura) y cada vez mas interesantes guiones e historias mas ricas.

División Palermo, de Netflix y producida por K&S films, es de lo mejor que puede verse hoy en este formato. Capítulos cortos, situaciones y guion que apelan todo el tiempo a nuestra inteligencia.

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