Saltburn

Saltburn

A Emerald Fennell, la directora de esta película, la conocimos bien por varias de sus producciones, pero en especial por "A promising young woman" y "La chica danesa". en ambos casos con historias fuertes, pero centradas en el universo femenino. Esta vez nos sorprende con un relato muy inquietante, que nos atrapa y repele a la vez.


7 Butacas



Otra vez las cosas no son como parecen, otra vez los que pueden mentir y se sienten cómodos con eso lo hacen y otra vez, las cosas no son tan prolijas, tan educadas, tan brillantes en la alta sociedad.

Nos vamos a un colegio exclusivo, con hijos de gentes exclusivas y excesos entre susurros.

Ahí Barry Keoghan (excelente, lo descubrimos en "los espíritus de la isla, la maravillosa película irlandesa el año pasado) ofrece una actuación profundamente inquietante como Oliver Quick, un estudiante becado en la Universidad de Oxford.

Es un nerd, pero un nerd peligroso vamos a ir viendo. Solitario, complejo, poco sociable, no le queda otra que juntarse con otros desclasados, pero las cosas van a cambiar, y a poco que pasa la película se hará amigo del más lindo, del más afamado, del más popular, para formar parte de ese nuevo mundo.

Inventa una vida miserable para dar lástima, historia que incluye una falsa vida de niño, padres golpeadores y borrachos, que lo marginaron y maltrataron, la lástima está sobre la mesa.

Ese alumno al qe todas quieren llevar a la cama, y Oliver también, es Felix Catton (Jacob Elordi, el Elvis de Priscilla), un aristócrata carismático y bueno en el fondo, que cae en el relato de Oliver.

Terminan las clases y Felix invitará a Oliver a su mansión (hermosa) en el campo para pasar esos meses entre clases, lo cree casi huérfano, y allí, en Saltburn (el nombre de la villa) la historia se nos irá de las manos.

La familia de Félix, tan disfuncional y hermosa, tan superficial y sofisticada, está conformada por Rosamund Pike, la glamorosa madre, Elspeth, una ex modelo con talento para el melodrama y la crueldad casual. Richard E. Grant fabuloso, casi infantil, como el padre de Felix, Sir James y Alison Oliver es Venetia, la hermana.

Todos personajes fabulosamente compuestos, con talento para los vínculos vacuos y foco para lo no importate.

Oliver desplegará allí sus telarañas, sus artimañas, su extraña seducción, desarrollará su pasión por Félix pero a la vez seducirá a Venetia, y a la madre.

La película ofrece una suerte de continuación de aquella "Talented Mr Ripley", Oliver es un gusano que corroe por dentro, que asfixia casi sin necesidad de moverse, que desconcierta y atrae, pero a la vez repele.

Todo lo que toca será corrompido, desgajado, secado.

La película tiene momentos innecesarios, escatológicos, generalmente enfocados en las cuestiones sexuales demasiado retorcidas, lo que a veces nos distrae de lo importante porque son escenas demasiado al límite.

En ese verano lánguido, ocioso, de rutinas pastoriles y fiestas fastuosas, Oliver hará lo suyo, envenenará todo lo que toca, irá a fondo silenciosamente para quedarse con todo, con lo que hay y con lo que falta.

Hacia el final, cuando ya no queda nada, nos mostrará cómo ejecutó cada parte, cada movimiento, con la paciencia de un orfebre.

Es una película inquietante, incómoda, que al estar bellamente filmada, al permitirnos espiar por el ojo de la cerradura de la clase muy alta, nos entretiene además, pero enseguida nos vuelve con un cachetazo a lo que está pasando en la historia, que es horrible por momentos.

Bien actuada, con un ritmo parsimonioso que se acelera por momentos, algo zarpada en algunas escenas, es muy inquietante.

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