Legado
La presencia de José Coronado, como nos pasa con un Darín o un Francella, es un desborde en la pantalla, sobre todo cuando compone tipos poderosos, brutales y carismáticos. Pero acá además hay una trama interesante y una mirada muy brutal de la España actual y de sus sistemas de poder.
6 Butacas
El lugar común es decir que se trata de la Succession española, esto es, el drama familiar por la sucesión de un conglomerado periodístico importante, muy importante, y poderoso. Pero Legado va a fondo con la cuestión política, y con la reflexión acerca de la relevancia de los medios de comunicación en la sociedad moderna, de alguna manera anticipa la caída de ese tipo de conglomerados periodísticos con los que convivimos tantos años. O al menos su crisis.
Es una serie que en términos del periodista Carlos Pagni, que fue quien nos enseñó esa palabra, desnuda el sottogoberno.
Coronado es Federico Seligman, y la serie arranca con él, su segunda mujer y su hija más pequeña volviendo de Estados Unidos adonde estuvo dos años largos tratándose de una enfermedad terminal.
En esos dos años el grupo quedó al mando de su hijo varón, con el acompañamiento en las decisiones de sus dos hermanas del primer matrimonio de Federico, una que se dedica a la política y otra que conduce el canal de televisión del multimedio.
Cuando vuelve hay cambios que no aprueba, y de manera brutal, vaciará de poder a su hijo y retomará o lo intentará, el control de todo.
Federico es un magnate de izquierda, y esa contradicción está bien resuelta en la composición del personaje, capaz de tener sensibilidad para algunas cuestiones y a la vez ser despiadado con sus enemigos, tener vínculos de poder con todos y a la vez vivir la riqueza autoimponiéndose límites tolerables (la escena en la que su hija menor vuelve en turista en el vuelo que los trae de nuevo a España).
La otra diferencia con la serie de Estados Unidos que fue tan exitosa, es que Coronado no compone a un patriarca tóxico, sino un hombre de principios clásicos que está decepcionado por los valores frívolos y corruptos de los hijos.
Mucho que ver también en nuestro medio, con algunos casos en particular. Una escena es interesante para apreciar este paralelo, "yo nunca me salté las leyes" dice Federico, "porque siempre lograste que las leyes se hagan a tu medida" le responden, siempre manipuló.
Hay también mucho en la trama de las fábulas de aprietes, carpetazos y la política en su peor versión, lo mismo que personajes oscuros que andan por los bordes de las leyes con sus métodos horribles de coacción.
Pero también mucha hipocresía, sobre todo en el deber ser y las apariencias de ciertos políticos de izquierda, brutales por dentro suaves por fuera.
Es un producto interesante, una historia despiadada que se mete en el seno de una familia poderosa, pero que también reflexiona sobre el poder en su costado más brutal y desalmado.
A la vez que reflexiona sobre la relevancia de los medios tradicionales y su real impacto en la sociedad.
Hábil desde ese punto de vista.
Pero hacia el final abre demasiadas ventanas narrativas, tantas que nos confunde bastante acerca de la historia.
Lo mismo que en su desarrollo, para no agobiarnos y hacernos pensar todo el tiempo, matiza con las historias de vida de los hijos del magnate, sus relaciones, los que se acercan a ellos para llegar al padre, y sus propias inseguridades.
Y un actor que desborda su rol.
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