Suspect: the shooting of Jean Charles Menezes
La policía hace cagadas en todo el mundo, y las intenta tapar en todo el mundo. Esta miniserie de 4 capítulos que se acaba de estrenar en Inglaterra en una plataforma de Disney nos narra de manera quirúrgica y completa, una tragedia que podría haberse evitado y que tuvo a la Policía Metropolitana de Londres como eje y blanco.
6 Butacas
El mecanismo es el clásico de este género abordado con destreza por los ingleses, los llaman dramas, básicamente porque hacen foco en ese costado de los desaguisados policiales, hacen foco en el drama que producen en familias y en historias personales, por eso son efectivos.
Menezes es un caso emblemático de error policial y sobre todo de intento de encubrimiento y de manipulación de la opinión pública.
Se subió una mañana en el subte, para ir a su trabajo como electricista, hacía 3 años que estaba viviendo en Londres, con unos primos de su Brasil natal, y tenía planes y sueños y buenas razones para disfrutar la vida.
Unos días antes explotaron unas bombas, de manera coordinada, en distintos medios de transporte de la ciudad. Bombas raras, caseras, potentes.
Todos estaban conmocionados, y la policía tenía que actuar rápido, a cualquier precio. Eran tiempos de Tony Blair, y de una opinión pública volátil.
Antes de que las puertas del vagón pudieran cerrarse, policías armados irrumpieron en el tren y le dispararon siete veces a quemarropa en la cabeza. Así de brutales, 7 tiros a centímetros en la cabeza.
De Menezes había sido confundido con un terrorista suicida; era completamente inocente de cualquier delito.
Todas las decisiones se tomaron con pocos datos, de manera abarrotada, con comunicaciones deficientes y ruidos permanentes en la cadena de mando.
Ese segundo capítulo, que termina con los ruidos de los tiros a quemarropa, es extraordinario, nos hace vibrar con imágenes cortas, vertiginosas, cambiantes, temblorosas, en las que vemos que la información no fluye, no llega bien a todos los involucrados (se usaban teléfonos fijos todavía) y las decisiones que se van tomando nos hacen pensar que algo va a salir mal.
Con el dato de la inocencia de quien acaban de matar aparece la reacción del cuerpo de policía y de sus jefes, cuidando sus escritorios, armando historias, ensuciando al hombre inocente que acaban de matar y cambiando detalles en los informes.
De entre los actores conocidos (como nos pasa con las series españolas, una vez que vemos 10 o 15 los actores son siempre los mismos) está Emily Mortimer como Cressida Dick, una jefa de un sector especial que supervisa el seguimiento de De Menezes.
Se la representa como alguien que nunca tuvo control sobre el operativo, y que luego adopta una negación implacable durante la investigación, con la desconcertante afirmación de que nadie en la policía cometió errores. Está muy bien en un rol raro para ella.
Está muy bien narrada y estructurada, y tiene la potencia de ser un hecho basado en una historia real y contada no hace tanto por la prensa y revisada y criticada.
Es un buen ejercicio ese de repasar este tipo de historias desde la mirada de la ficción, con fuerte arraigo en los hechos.
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