The Call
The Call
Vértigo. Es eso lo que tiene esta película, el vértigo que
imponen las tecnologías, las grandes ciudades. La protagonista contempla desde
la terraza del edificio que alberga a las fuerzas de intervención de emergencias
de la ciudad (entre nosotros, qué lejos estamos de eso como ciudad) a una de
esas típicas imágenes aéreas de las grandes orbes, muchas lucecitas, ruidos de
sirenas, rumores lejanos, ventanitas de edificios iluminadas, y nos va metiendo
en la cabeza de una operadora de los servicios del 911, que puede ver la
miseria y el peligro en ese escenario en el que nosotros solo vemos lucecitas.
Del director Brad Anderson (que además de su filmografía muy
personal tiene en su haber la dirección de capítulos de series de culto como
The Killing, Treme, Fringe o Alcatraz) esta película que vino a presentar hace
pocos meses su protagonista (hermosa Halle Berry) a Buenos Aires, es uno de
esos relatos chiquitos, en los que estoy seguro vamos a adivinar casi todo,
pero que aún así nos dejan atornillados en la butaca.
Desde que arranca no hay respiro, y el gran dilema que se
plantea es hasta dónde llega la responsabilidad, el involucramiento de esas voces
anónimas que, segundo a segundo toman esas llamadas desesperadas.
De eso hablamos, de la desesperación de la vida en la
ciudad, de las soledades, de los límites, de los horrores anónimos.
El personaje de Berry atiende una noche una llamada. Se
trata de una adolescente en peligro, la llamada será una “bad call”, una de
esas que no terminarán bien, y hará una muesca en la psiquis de la
protagonista. Siente que en algún lugar podría haber hecho más para salvarla.
6 meses después, alejada del trajín diario, se convierte en
una entrenadora de los novatos, una experimentada que les cuenta todos los
secretos de los llamados, los viernes son el infierno, los domingos los
suicidios, les cuenta.
Y una llamada que no pueden manejar será su vuelta al centro
de la escena, se involucrará de nuevo y lo hará de manera impecable.
Ahí está lo bueno de la película, como en la mítica Sorry,
wrong number protagonizada por Barbara Stanwyck, todo gira alrededor de una
llamada que no puede contarse, nosotros sabemos lo que pasas del lado de la comunicación
en donde está el peligro, pero no lo saben en la oficina de emergencias, y en
esa tensión se basa el relato.
Con una participación mínima pero contundente de Michael
Imperioli (Los Soprano) y buenos actores de reparto (el malo es malísimo) la
película tiene un muy buen ritmo y es lo que la hace buena.
Hasta ahí, buena a secas, pero no es poco.
El final es muy para la tribuna. Pero es el que eligieron.
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