El Fugitivo

 El Fugitivo

"...me gustaban las canciones de amor, me gustaban esos raros formatos nuevos..." canturrea Bandini después de ver con curiosidad este engendro.

Esta nueva versión del clásico de los 60, que tuvo una fabulosa adaptación cinematográfica hace unos 30 años (si, ya 30 los) con Harrison Ford y Tommy Lee Jones, vuelve en formato Quibi, es decir, la película de más o menos dos horas de duración se la corta en fetas y se la hace visible en los dispositivos móviles.

De eso se trata.

Entonces vemos capítulos intensos de no más de 8 minutos de duración (se supone que lo que dura ir al baño o un viaje corto en subte) y nos quedamos con ganas de ver más pero sin el fastidio de tener que ir cortando. Se corta solo.

El formato es extraño, imagino que seguirá creciendo, y esta adaptación debería funcionar.

Pero no lo hace.


2 Butacas




Los personajes son otros, ya no es un doctor el que se ve involucrado en un crimen que no cometió, es un agente de bolsa que estuvo preso por maniobras fraudulentas y está componiendo su vida, y no es un crimen común, es un atentado terrorista en el subte de Los Angeles el tema con el que se lo vincula.

Será la unidad de contraterrorista encabezada por Kiefer Sutherland la que, por ver las imágenes de las cámaras de seguridad, dispone que será Mike Ferro (Boyd Holbrook a quien conocimos en Narcos, es de los pocos que se salva en este engendro) y se volcarán a buscarlo y a correrlo por todos lados para detenerlo.

Bueno, hasta ahí el centro de la cosa, ahora el tema son las actuaciones.

Son tan malas, Kiefer incluido, que no terminan de encontrar registro, el shérif loco que compone Sutherland es tan poco creíble, tan cercano a la payasada, que hace que nos preguntemos (Bandini ya no se lo pregunta, pero puede haber gente que si) si alguna vez este muchacho fue un actor.

Su equipo es igual de malo, y solo se salvan del ridículo algunos pocos personajes en toda la historia.

Después tiene todo lo que tiene que tener una producción de estos tiempos, mucho dinero puesto en efectos y en hacer parecer real las cosas.

Pero no alcanza.

Al tema de tener que acostumbrarnos al formato, si no está respaldado por algo realmente bueno, es muy difícil que prospere.

El sheriff y los medios de comunicación, en la caricatura que se arma, son al parecer mucho más peligrosos que el supuesto terrorista.

Una exageración, personajes payasescos y poco creíbles para una adaptación que se hacía sola! Adaptarnos a un nuevo formato, el del thriller portátil, no es fácil, así menos.


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