On the rocks

 On the rocks

Tengo la buena música, New York, los personajes...me despista que no arranque con el fundido negro y la tipografía Windsor de las películas de Allen. Sofía Coppola ha crecido como directora, esta es una historia sutil y bella.


7 Butacas




Quizá le recriminemos que la películas resulta corta, en media hora más se podrían haber contado otros matices de esta historia de pareja. De parejas acomodadas de esa Nueva York que todo lo contiene.

Porque parecía mezquino el metraje para contar una historia tan intensa y Tena sensible.

Laura (Rashida Jones, si, la hija de Quincy) está convencida que Dean (Marlon Wayans) la engaña. Llevan varios años de matrimonio, pero la vida cotidiana los agarra en medio de todo, del crecimiento de la empresa de él (que acaba de transformar de un lanzamiento en algo prometedor) del bloqueo creativo de ella (escribe) y las cuestiones cotidianas derivadas de la crianza de dos hijas.

Todo parece tornarse mecánico, insípido, falto de magia y aventura.

Esa sospecha crece y todo parece encajar en el cuadro, Dean pasa largas horas afuera, el negocio va bien y se abren nuevas sucursales y socios, viaja bastante, y parece no tener en cuenta los detalles de la pareja y de la paternidad.

Muchas horas en la oficina, mucha gente a su alrededor, y en especial Fiona, que viaja con él y en quién Laura más desconfía.

Hasta que aparece el papá de Laura, Félix, Bill Murray (es un placer difícil de contar verlo en acción) que dejó a su madre cuando ella era muy joven y se dedicó a seducir a todas las mujeres que se cruzaron en su camino. Incluso a todas las que se cruzan en estos días a pesar de estar acompañado por Laura.

Félix se subirá a esa paranoia, y con su encanto y estilo (de seductor viejo, con tiempo, con dinero y con mucha imaginación) se pondrá a trabajar con Laura en el descubrimiento de la aventura de Dean.

Esas escapadas, seguimientos, intimidad entre ellos es de una factura exquisita, un recorrido por sus vidas y por las consecuencias de sus actos en ese camino. Casi como si la misma directora estuviese contando lo que le pasó con su papá monstruo del cine.

Ella crea climas, sabe contar, es minuciosa en la dirección y esta vez además hace una historia sencilla, humana y muy llevadera. Con su ritmo, su cadencia y su elegancia.

Filma hermosamente a esa ciudad a la que hace parecer más clásica, más tranquila, más hermosa y filma muy bien esas emociones que traspasan la pantalla y nos conmueven.

Murray merece un párrafo a parte, es sencillamente extraordinario, sus pausas, sus caras, sus silencios, su manejo algo torpe de un cuerpo grande, sus miradas.


Comentarios

Entradas populares