The mauritanian
The mauritanian
Una de injusticias, de ceguera ante la locura derivada del 11 de Septiembre, de abusos y de excesos, pero que de tan descriptiva no tiene alma.
Basada en una historia real, reflejada en un libro "Diarios de Guantánamo" publicado en 2015 por el protagonista de la historia, nos cuenta la odisea de Mohamadou Ould Salahi, un mauritano que es apresado poco tiempo después del atentando, con muy poca evidencia de su participación en el plan.
Una llamada telefónica de Osama Bin Laden (primo lejano) su vida de estudiante becado en Alemania, un departamento que hacía las veces de hotel de pocos días para compatriotas, amigos de amigos, en el que una noche, se alojó uno de los secuestradores de uno de los aviones de los atentados, son suficientes para marcarlo como perpetrador, como una de las personas claves en el reclutamiento de los que se inmolaron.
La película entonces arranca con ese día que lo llevan para interrogar y no vuelve a ver la luz y la libertad por 14 años!
Ese es un costado de la trama, el otro, brutal, es el confinamiento en la cárcel de Guantánamo, un enclave estadounidense en Cuba en donde la ley y las garantías individuales no rigen, y en el que los secretos, las torturas, los márgenes de la ley imperan.
Imágenes (fuertes en el bloque de torturas y vejaciones al que lo someten para que confiese algo que no hizo) y tres actuaciones sólidas (el protagonista Tahar Rahim, Jodie Foster y Benedicht Cumberbacht) son los pilares sobre los que se edifica una película correcta pero sin sorpresas, que tiene una mirada que pareciera lejana, no comprometida con la historia, que debe ser interesante ya que está narrada en primera persona.
No escapa a contar la historia como una suma de eventos forzados en su óptica para que de entrada odiemos al gobierno, no tenemos punto de vista, y eso la hace poco atractiva.
Los abogados de defensa y fiscalía son asumidos por Jodie Foster (una abogada prestigiosa que dedica sus horas pro bono a trabajar causas humanas y algunas controvertidas, muy militante) y Benedict Cumberbacht (un militar abogado que además de justicia quiere venganza por la muerte de un amigo en uno de los vuelos) los dos muy correctos y sostendores de una historia que de no ser por ellos naufragaría.
Una mención especial en esta mirada es para Jodie Foster, algo avejentada y con el pelo blanco de canas, es un impacto verla así, hemos crecido con ella en la pantalla desde que era una niña prodigio, y verla en esta madurez sin esconder arrugas emociona y hace bien. Ha envejecido con hidalguía, y todavía se pueden adivinar sus emociones en su rostro.
Guantánamo es un punto bien controvertido para Estados Unidos, es la cara que no quisieran contar, no quisieran que nadie de los que están ahí salgan para contar lo que allí sucede.
De alguna manera las actuaciones no emocionan, se dedican a contar lienalmente una serie de hechos para condenar.
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