Every breath you take

Every breath you take

Esperamos tanto las pocas películas que se estrenaron en pandemia, que esta bien podría haberse pospuesto unos años más para rodarse/estrenarse.




3 Butacas



Una película que carece de alma, es todo profundidad, son todos temas trascendentales, silencios y voz baja, drama continuo.

Lleva a la vida de un matrimonio al que le va bien, esposa exitosa vendedora de casas, esposo psiquiatra reconocido, hija adolescente complicada, del primer matrimonio del esposo, hijo muerto en accidente de auto un día que manejaba la madre.

Soledades compartidas.

Mucho drama debajo de sus diálogos y sus momentos compartidos.

Hasta ahí, nada nuevo, el mismo Casey Affleck murmurante, de tan sutil aburrido, y una atractiva Michelle Monaghan, angustiada y culposa.

Un trabajo muy osado del psiquiatra con una de sus pacientes, lo lleva un delicado límite ético, expresa y comparte su propio dolor por haber perdido a un hijo, con una paciente con marcada tendencia suicida.

El resultado, se suicida.

Se cuestionan sus métodos, se lo pone en la lupa pública.

El hermano de la paciente, así se presenta, entra en sus vidas para despedirse y vender las cosas de su heramana.

Hasta ahí, una trama clásica. Pero muy morosa en el desarrollo. La hija que es complicada, se involucra con este personaje que aparece, que se pone cada vez más misterioso y además de la hija, seduce a la madre.

El psiquiatra, que tenía una carrera académica y profesional interesante, ve cómo poco a poco todo se desmorona, unas denuncias anónimas lo ponen en el ojo de la mirada pública.

En pocos días todo se desmorona.

Pero como que a medida que van pasando los minutos, vamos pudiendo adivinar lo que viene. Todo muy explícito, cantado, y aburrido en el desarrollo.

En unos minutos, lo que sospechábamos se hace realidad, y todo se desacomoda cambiando de registro. Se abandona la calma y viene la violencia.

Es una pena que la película de tan obvia, no busque alternativas para narrar eso que sospechamos que va a venir, que no encuentre un tono, o mejor dicho, que se enamore de un tono de susurro exasperante.


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